Los cancilleres de la Unión Europea abrieron hoy en Bruselas una reunión para discutir los objetivos en materia de energía renovable y lucha contra el cambio climático a asumir de cara a la cumbre que el bloque llevará a cabo el jueves y viernes próximo.
El principal tema de debate es el carácter obligatorio o sólo indicativo del compromiso para elevar al 20% la parte de las energías renovables en el consumo global de la UE en 2020 (contra el 7% actual), una cuestión que divide profundamente a los 27 Estados miembros.
«Creo que podría haber un acuerdo sobre el objetivo del 20% (en la cumbre). Pero si espera una opinión ahora, diría que acercaremos posiciones entre varios Estados miembros» afirmó hoy el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, cuyo país ejerce la presidencia de la UE.
Steinmeier señaló que la presidencia está a favor de la obligatoriedad de ese objetivo, en lugar del carácter sólo indicativo aprobado por los ministros de Energía el pasado 15 de febrero, porque «hará más creíble ante la opinión pública que Europa está dedicada realmente a un proyecto ambicioso».
De su lado, el canciller español Miguel Angel Moratinos afirmó que un acuerdo entre los 27 está cercano y que sólo faltan «los últimos retoques», aunque no quiso manifestarse sobre la cuestión de la obligatoriedad de los compromisos a asumir.
«Los objetivos son siempre importantes. Que sean más oligatorios o no vamos a discutirlo. Pero creo que los objetivos que la presidencia ha planteado son muy importantes para garantizar todo el compromiso energético que quiere la Unión Europea», dijo.
El proyecto de conclusiones de la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la UE del jueves y viernes próximos en Bruselas indica «un objetivo (obligatorio) de una parte del 20% de energía renovable en el total del consumo energético de la UE en 2020», con la palabra «obligatorio» entre paréntesis debido a la controversia existente.
Entre los que se oponen a la obligatoriedad se encuentran Francia y los países bálticos, que preconizan objetivos sobre las emisiones de gases de efecto invernadero respetando las preferencias nacionales sobre el tipo de energía a utilizar, por ejemplo la nuclear, que no es considerada renovable.
«El objetivo debe ser reducir el total de las emisiones con efecto invernadero. Cada Estado puede tomar sus propias medidas para recortar las emisiones de dióxidos de carbono (CO2) de acuerdo con las fuentes de energías que utiliza», dijo un diplomático francés.
En ese sentido, los 27 ya se pusieron de acuerdo en reducir las emisiones de gas de efecto invernadero en la UE «al menos un 20%» para 2020, y hasta 30% en caso de compromiso internacional, con respecto a 1990.
También llegaron a un compromiso para el objetivo de que los biocarburantes representen 10% de los carburantes consumidos en el bloque por los vehículos de aquí a 2020.
En cambio, las discusiones continúan en torno a la propuestas de la Comisión Europea de poner fin a los monopolios nacionales de producción y transporte de energía, existentes en 16 Estados miembros para el caso de la electricidad y 20 para el gas.
El 61% de los europeos quiere una reducción en el uso del nuclear para generar electricidad, aunque el 30% se pronuncia a favor de un mayor recurso de este tipo de energía porque no contribuye al cambio climático, según un sondeo difundido hoy.
Según este estudio Eurobarómetro, efectuado en febrero entre 25 mil 800 personas en los 27 Estados miembros de la Unión Europea, los países que más apoyan la energía nuclear son Bulgaria (el 51% de la población quiere un aumento en su utilización), República Checa (48%) y Finlandia (42%), que recurren a ella en forma importante.
En cambio, los países más hostiles al nuclear, que representa actualmente un tercio de la electricidad de la UE, son Grecia (83% quiere una reducción), Austria (78%) y Chipre (76%).
Francia, primer productor de energía nuclear de la UE, se sitúa en la medida con 59% de los encuestados a favor una disminución y 28% a favor de un aumento.
Por otra parte, el 87% de los europeos dice estar preocupado por el recalentamiento climático.