Cura optimista pese a las dificultades de los católicos


El Papamóvil ya se encuentra listo en Londres para la visita del Sumo Pontí­fice. FOTO LA HORA: AFP Adrian Dennis

El escándalo de los abusos sexuales cometidos por curas a menores complicó el ejercicio del ministerio del padre Paul Keane en una parroquia cercana a Londres, tanto que admite que hubo momentos en los que se preguntó si podrí­a seguir adelante con su trabajo.


Pero mientras este londinense de 35 años se prepara para la histórica visita del papa Benedicto XVI al Reino Unido, se muestra confiado en que el catolicismo tiene un papel importante que jugar en este paí­s liberal, crecientemente laico y oficialmente anglicano.

«El último año ha sido extraordinario para la Iglesia católica, debido al escándalo de los abusos», declaró en una entrevista con la AFP desde su casa de Essex, en el este de Londres, donde es capellán en la universidad local y cura de una parroquia.

«En marzo o abril, te preguntabas: «Â¿qué piensa la gente de mi?»», agrega.

El joven sacerdote recuerda haberse parado en una gasolinera en la autopista y haberse dado cuenta «dolorosamente, de que entrar en los servicios de caballeros con un alza cuellos era complicado, debido a todo el tema de los cuerpos de los curas y el sexo».

Pero recuperó el optimismo debido a la «buena voluntad» que siente hacia él y hacia los cinco millones de católicos británicos, pese a su estatus minoritario en un paí­s donde 25 millones de personas se consideran anglicanos.

«Creo que la Iglesia (católica) de Inglaterra y Gales está muy viva», dijo.

Las autoridades católicas esperan que este espí­ritu positivo triunfe por encima de cualquier protesta sobre el escándalo de los abusos y la actitud de la Iglesia hacia los homosexuales o la contracepción cuando el Papa visite Inglaterra y Escocia del jueves al domingo.

El padre Keane es consciente de que los fieles se ven a menudo divididos entre su fe y una sociedad cuya moral evoluciona rápidamente.

Se declara «entristecido» por el alto número de abortos practicados en Gran Bretaña y por el cierre de agencias de adopción católicas, ordenado por el gobierno debido a que rechazaban las adopciones a las parejas del mismo sexo.

Sin embargo, espera que a pesar de las manifestaciones previstas con motivo de la visita del Papa, el Reino Unido está «mucho más comprometido con la fe» de lo que se cree generalmente.

Paul Keane creció en un mundo «monocultural» de católicos irlandeses en el este de Londres, donde conoció a muy pocos no católicos antes de llegar a la universidad.

Llegado ese momento, ya habí­a elegido su vocación, y tras cursar una licenciatura de Historia, se fue a estudiar a Roma.

Pero cuatro años después, fue presa de las dudas. «No estaba seguro de si era capaz o estaba dispuesto a comprometerme con el celibato, y de si me iba a gustar este trabajo». Pero después de un año en una parroquia londinense, estaba seguro de haber encontrado su camino.

Desde entonces, el padre Keane ha ejercido en parroquias ricas y pobres, algunas de ellas en comunidades fuertemente inmigrantes, lo que le ha permitido hacerse una buena idea de la comunidad católica británica.

A pesar del declive de curas salidos del seminario en Inglaterra, 16 en 2009 contra 79 en 1982, año de la visita pastoral de Juan Pablo II, asegura que la Iglesia católica sigue siendo sólida.

Cita un aumento del número de fieles en el sur del paí­s, reforzado por el número de inmigrantes de paí­ses católicos como Polonia, Nigeria o México. Y habla también de un «nuevo movimiento» de fe entre los entre los jóvenes británicos, inspirado por Juan Pablo II.

«Probablemente lo más difí­cil para la Iglesia católica es luchar contra su apatí­a», pero este fin de semana podrí­a cambiar las cosas porque «el Papa va a ofrecer un verdadero espectáculo».