La clara victoria del «Sí» en el referéndum constitucional de Turquía constituye un fuerte respaldo para el partido islamista y conservador del primer ministro turco Recep Yayyip Erdogan, que vislumbra un nuevo éxito en las legislativas del año próximo, estimaron el lunes los analistas.
El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) fue casi el único partido que hizo campaña a favor de la reforma tendiente a «democratizar» una constitución heredada del golpe de estado militar de 1980, limitando en particular el poder de la jerarquía judicial y de las Fuerzas Armadas, bastiones del campo laico turco.
El AKP puede por lo tanto, legítimamente, capitalizar el 58% que se manifestó a favor de la reforma constitucional, estimó el lunes el editorialista Semih Idiz en el diario Milliyet.
«Desde el momento en que la oposición transformó el referéndum en un voto de confianza al gobierno, hay que admitir que el poder del AKP obtuvo un triunfo», agregó Semih Idiz.
Este triunfo llega a punto para el AKP, en el gobierno desde noviembre del 2002, que había ganado fácilmente las legislativas de 2007 (47% de los votos), pero había obtenido resultados menos rotundos en las municipales del 2009 (sólo 39%).
«El AKP salvó con éxito un test importante antes de las legislativas del 2011», estimó por su parte Murat Yetkin, del diario liberal Radikal.
La bolsa de Estambul saludó el resultado abriendo sus operaciones del lunes en el punto más alto de su historia.
«El mercado apreció el resultado del referéndum. Constituye un signo positivo con respecto a la perennidad del partido que gobierna Turquía» en solitario desde 2002, luego de décadas de inestabilidad política, afirmó un análisis del banco Fortis.
La victoria podría también atizar las ambiciones presidenciales de Erdogan, que en los últimos meses recorrió sin cesar el país para defender el «Sí», dijo por su parte Rusen Cakir, del diario popular Vatan.
«Se puede fácilmente adelantar que después de esta victoria incontestable, el deseo y la determinación de Erdogan por la presidencia se reforzaron y que el referéndum fue un ensayo antes de las próximas elecciones presidenciales», predijo Rusen Cakir.
Sin embargo, el AKP debe tener en cuenta al 42% de los turcos que votaron contra la reforma y por lo tanto evitar el triunfalismo y buscar compromisos con la oposición, advirtieron varios analistas.
«Durante la campaña la oposición señaló ese peligro: que el poder se ubique por encima de la Ley debido a que la fuerza del poder actual va a crecer y que esa fuerza puede corromperlo», afirmó Gungo Mengi en el diario Vatan.
Una parte de la oposición sospecha que el AKP quiere islamizar el país discretamente.
La oposición laica y nacionalista se opuso a la reforma diciendo que amenazaba la independencia de la justicia y la separación de poderes.
La reforma constitucional aprobada por los turcos limita las prerrogativas de la justicia militar y modifica, en beneficio del poder, la estructura de la Corte Constitucional y del Consejo Superior de la Magistratura (HSYK) que nombra a los jueces y los fiscales.
El domingo, al conocerse el resultado, la Unión Europea, con la cual Turquía inició negociaciones de adhesión en 2005, saludó «un paso en la buen dirección».
«Pero el impacto dependerá de su aplicación», dijo el comisario europeo encargado de la ampliación de la UE, Stefan Fule.