La justicia iraní anuló la esperada liberación hoy de una estadounidense detenida junto a dos compatriotas acusados de espionaje, al asegurar que ninguno de ellos sería puesto en libertad hasta que no se haya terminado de examinar el caso.
El ministerio de Cultura había anunciado para el sábado por la mañana la liberación de Sarah Shourd, detenida junto a Shane Bauer y Josh Fattal el 31 de julio de 2009, tras haber atravesado a pie la frontera iraní procedentes del vecino Kurdistán iraquí.
Pero el fiscal de Teherán, Abas Jafar Dolatabadi, bloqueó desde el viernes por la noche esta liberación, alegando que el procedimiento judicial seguía en curso.
«Mientras no haya concluido el procedimiento judicial para examinar las acusaciones contra los tres ciudadanos estadounidenses, ninguno de los acusados será liberado», reiteró el sábado, citado por la agencia de prensa Ilna.
Dolatabadi añadió que le corresponde a la justicia y no a otras instituciones del Estado decidir sobre una eventual puesta en libertad de los norteamericanos.
El fiscal hizo estas declaraciones después de que un responsable de la presidencia afirmara que la liberación de la estadounidense había sido postergada «porque el sábado es un día feriado», dando a entender que los trámites administrativos para su puesta en libertad no pudieron llevarse a cabo por esa razón.
Los tres norteamericanos, de unos 30 años, aseguran haber entrado por «error» a Irán, tras haberse perdido durante una excursión, pero las autoridades los acusaron de entrada ilegal y de espionaje.
Responsables gubernamentales habían anunciado que Sarah Shourd sería liberada por «compasión islámica».
Su madre había anunciado en efecto en agosto que Sarah había sido diagnosticada en fase precancerosa y que padecía depresión.
«El hecho de que la acusada esté enferma no está en contradicción con el hecho de que debamos examinar las acusaciones», replicó Dolatabadi.
La liberación de Sarah Shourd tenía sin duda como objetivo aliviar la tensión con Washington sobre el controvertido programa nuclear iraní. El presidente iraní Mahmud Ahmadinejad viaja a fines de septiembre a Estados Unidos para participar en la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
El bloqueo de esta decisión pone de manifiesto las consabidas divergencias entre el gobierno de Ahmadinejad y el poder judicial, cuyo máximo responsable, Sadegh Larijani, es directamente nombrado por el guía supremo, el ayatolá Ali Jamenei.
Larijani criticó duramente el mes pasado a Ahmadinejad por sus ataques al poder judicial, tras la condena por la justicia de una persona de su entorno.
Estos hechos se producen cuando Irán está sometido a intensa presión internacional por la iraní Sakineh Mohammadi-Ashtiani, una madre de 43 años condenada a morir lapidada por adulterio. Esta pena fue suspendida por la justicia.