El gobierno francés juzgó hoy «inaceptable» la acusación de Fidel Castro de estar cometiendo «una especie de holocausto racial» al expulsar del país a miles de gitanos, e ironizó sobre el «interés» del líder cubano en los derechos humanos.
«Esta utilización del holocausto por parte de Castro demuestra su ignorancia de la Historia y el desprecio de las víctimas. Declaraciones semejantes son inaceptables», declaró el portavoz del ministerio francés de Relaciones Exteriores, Bernard Valero.
«Que Fidel Castro se interese finalmente por los derechos humanos, eso sí que es verdaderamente revolucionario», ironizó el portavoz, al margen de una reunión de jefes de la diplomacia de la Unión Europea (UE) en Bruselas.
El ex presidente cubano acusó el viernes a Francia de estar cometiendo «una especie de holocausto racial» con su política de repatriación de gitanos a Rumania y Bulgaria dictada por el presidente francés, el conservador Nicolas Sarkozy.
En nombre de la seguridad, unos 8.300 individuos de esa comunidad fueron expulsados a sus países de origen desde principios de año.
«Lo último que podía esperarse eran las noticias de la expulsión de los gitanos franceses, víctimas de la crueldad de la extrema derecha francesa, que eleva ya a 7 mil de ellos, las víctimas de otra especie de holocausto racial», dijo Castro en un mensaje leído durante la presentación de la segunda parte de su libro autobiográfico.
Las expulsiones levantaron fuertes protestas y condenas en Europa, incluyendo el Parlamento Europeo, que esta semana exigió al gobierno francés que suspendiera su política. La ONU y el Vaticano también expresaron su preocupación.
«Es elemental la enérgica protesta de los franceses, a los cuales, simultáneamente, los millonarios limitan el derecho a la jubilación, a la vez que reducen las posibilidades de empleo», prosiguió Castro, opinando sobre otra polémica nacional francesa, la elevación de la edad de jubilación.
Francia defiende no obstante a capa y espada su política de expulsiones y, pese a las críticas, ha dejado claro que no piensa dar marcha atrás.
«Quiero decir muy claramente que está descartado que Francia suspenda las expulsiones hacia los países de origen, que se trate de rumanos, búlgaros o de todo otro extranjero», declaró el jueves el ministro francés de Inmigración, Eric Besson, reaccionando a la exhortación de la Eurocámara a que abandone esta política.
«El Parlamento Europeo se salió de sus prerrogativas y evidentemente no tenemos por qué someternos a una imposición política», acusó Besson.
Los eurodiputados fustigaron la política francesa, recalcando que las «expulsiones masivas están prohibidas» por la ley europea al suponer una «discriminación basada en la raza o la etnia».
En Francia se está generando una «ola de estigmatización» y de «denigración general de los gitanos en el discurso político», deploraron los legisladores.
Esta semana, el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europea, una institución paneuropea independiente de la UE, asemejó la retórica del gobierno francés con los gitanos con la empleada por los regimenes fascistas y nazi.