Al menos cuatro policías y un civil murieron la madrugada de hoy por una explosión en la ciudad de Neiva en el sur de Colombia, informaron el ministro del interior Carlos Holguín y autoridades locales.
La explosión ocurrió cuando los policías intentaban desactivar una carga que había sido abandonada en el centro de la ciudad, donde el jueves el estallido de un coche bomba provocó heridas a ocho personas.
«Al parecer las dos acciones estaban relacionadas», señaló el ministro Holguín.
Se investiga si se trata de un nuevo atentado o de la detonación de cargas explosivas que habían sido colocadas junto al coche bomba el jueves, con el cual se pretendía atentar contra la alcaldesa de Neiva (325 km al sur de Bogotá), Cielo González.
González señaló a la radio RCN que en la explosión murió el comandante de la policía judicial de Neiva, capitán Carlos Alberto Cardona, así como tres de los hombres bajo su mando y una persona que se encontraba en el lugar.
La explosión de este sábado ocurrió a pocas calles de la residencia de la alcaldesa y muy cerca al lugar donde fue dejado el coche bomba del jueves.
El viernes otro atentado mató a una mujer en la ciudad de Buenaventura, el principal puerto sobre el Pacífico (oeste). Estas acciones ocurren a pocos días de la visita del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, quien debe llegar a Bogotá el domingo 11 de marzo.
Holguín señaló que las medidas de control fueron extremadas en Neiva y que se estudia la convocatoria de un consejo de seguridad.
La colocación del coche bomba fue atribuido a la guerrilla marxista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que en los últimos años ha realizado al menos otros tres atentados contra González y su familia.
La columna «Teófilo Forero» de las FARC que actúa en la región, y que ha sufrido reveses en los últimos años, acusa a la burgomaestre y a algunos de sus familiares de corrupción.
González fue elegida en 2003 por las filas del partido Liberal, pero en las últimas elecciones presidenciales respaldó la reelección del presidente Alvaro Uribe y a sus políticas de mano dura contra la guerrilla.