El sueño americano


Todos soñamos con vivir un mañana mejor de lo que por ahora nos encontramos, queremos estar siempre mejor que los demás, no importando la forma buena o mala en que se encuentre la superación que se desea. Lo que nos preocupa es que todos los vecinos se den cuenta que hemos mejorado nuestra situación económica.

J. Salomón Tala M., Cédula A-1 149331.

En nuestra Guatemala se dice que no hay trabajo, son muchos los que se quejan que se encuentran desempleados y que no tienen cómo mantener a su familia, pero es el caso que no buscan dónde poderse ocupar, y si les ofrecen un lugar donde puedan trabajar, les ponen muchos peros y no los aceptan.

Debemos preocuparnos por estos muchachos, quienes en lugar de tener sus mentes ocupadas, haciendo sus labores diarias, los encontramos cometiendo toda clase de fechorí­as, en las que a muchos de ellos les ha tocado purgar largas condenas en la cárcel, y esto hace que la gente honrada esté muy asustada y tienen que andar con un arma para defenderse.

Pensamos y así­ debe ser, que el Gobierno forme fuentes de trabajo y darle oportunidad de trabajar a toda persona que lo necesite y que pueda cumplir con la alimentación de su familia y demostrar así­ que son personas decentes y que quieren a sus hijos, y que tienen respeto a los demás.

Cuando se encuentran en la calle estos muchachos, son presa fácil, para conquistarlos para que abandonen el paí­s de origen, tenemos muchos ejemplos que con el tiempo podremos dar a conocer, hoy nos concretamos a decirles que tengan mucho cuidado con tantos engaña-tontos que andan en busca de una presa.

Cuando esto sucede, los enganchadores de estos incautos, les pintan el cielo y la tierra, diciéndoles que en otro paí­s, como Estados Unidos, se harán ricos, tendrán muchas mujeres y que vivirán una vida bien, completamente diferente a la que llevan en este momento y es así­ como caen en las garras de esos pí­caros.

Como y les han hablado de la tierra prometida, y les hacen sentir que verdaderamente en aquel paí­s del Norte encontrarán un trabajo donde ganarán mucho dinero y que serán poderosos, teniendo en su poder mucho billete verde, con el que tendrán todo lo que han deseado.

Son muchos los que caen en las redes de estas personas sin escrúpulos, estos no son solo de los que se encuentran de vagos en las calles, sino también de algunos que tienen su trabajo, quienes alguna vez, se presentaron al Consulado, y les fue negada la visa, caen en garras de estos largos y comienzan a conseguir el dinero que les piden los mentados coyotes.

Muchos consiguen el dinero, lo entregan y se hacen acompañar de esos señores, salen de su tierra, deseosos de superarse y tener a sus familias en mejores condiciones de vida. Muchos inmigrantes tienen mala suerte y al salir de su paí­s comienzan a tener obstáculos con la Migración, entran a montañas y tierra adentro tienen que correr y poder alcanzar su propósito, pero como son lugares inhóspitos encuentran muchos problemas.

Los que logran llegar a esas tierras desconocidas, son maltratados no solo por los coyotes que los llevan como por los que los contratan, El camino que tienen que recorrer, se encuentra lleno de animales ponzoñosos, como culebras, zancudos, moscas, garrapatas y otros, que al morderlos o picarlos, son infectados y llegan mal a su destino.

De estos sufridos inmigrantes, son muy pocos los que llegan a conocer la tierra del Tí­o Sam, pues son muchos los que quedan tirados en aquellas montañas, enfermos o muertos, mientras que los coyotes mañosos, tienen llenas las bolsas de todo el dinero que han quitado a tanto ingenuo que ha caí­do en sus redes, mañosos que huyen a otros lugares donde nunca los encuentran.

Se aconseja a las personas que desean viajar a los Estados Unidos, que si llevan su visa legal que lo hagan, pero, salir en forma aventurera con coyotes que no lo hagan, pues solo les roban el dinero y los dejan en el camino, o entregados a las policí­as.

No salgamos de nuestra tierra linda que nos vio nacer, que de cualquier manera se encontrará la forma de trabajar, no olvidemos que Dios nunca nos desampara.