ONU lanza nuevo llamado urgente


Vista aérea de las inundaciones en Sukkur, Pakistán. FOTO LA HORA: AFP Andrew Winning

La ONU hizo un nuevo llamado urgente a la comunidad internacional para acrecentar su ayuda a millones de damnificados en Pakistán devastado desde hace más de un mes por las inundaciones y que deberá enfrentar aún por meses los riesgos de hambruna y de epidemia.


Cuando ha pasado más de una mes desde que comenzaron las lluvias torrenciales del monzón que hizo crecer excepcionalmente los rí­os e inundó más de 20% del territorio, 18 millones de personas siguen afectadas de una u otra manera.

De ese total, 8 millones necesitan ayuda humanitaria urgente y 4,8 millones han perdido sus viviendas, estimó la ONU.

Las aguas se han retirado progresivamente del norte y del centro y comiezan a decrecer en el valle del Indus, en el sur, la región más afectada.

Pero «una triple amenaza comienza a manifestarse a medida que las crisis se extiende y se degrada», estimó Josette Sheeran, directora general del Programa alimentario mundial (PAM) de las Naciones Unidas, luego de una visita a los campamentos de refugiados.

«La gente ha perdido sus semillas, sus cosechas y sus ingresos, lo que los deja vulnerables frente a la hambruna», detalló en un comunicado.

«La situación es extremadamente crí­tica, necesitamos con urgencia el compromiso renovado y durable con los paquistaní­es en estos tiempos de crisis», concluyó Sheeran.

Para el financiamiento sólo de sus programas de urgencia, el 11 de agosto la ONU lanzó a una comunidad internacional que no conseguí­a comprender la amplitud de la catástrofe, un llamado de fondos de casi 460 millones de dólares.

Tres semanas después, las Naciones Unidas sólo habí­an conseguido 63,4% de dicha suma.

El PAM aseguró haber proporcionado ya suplementos nutricionales a casi 750.000 niños y lactantes «para evitar los primeros estragos de la malnutrición» y distribuyó raciones alimentarias para un mes a casi 3 millones de personas.

La ONU estima también que se perdieron más de 3,4 millones de hectáreas de cosechas, en un paí­s de 170 millones de habitantes que obtiene los esencial de sus ingresos de la agricultura.

«Aún necesitamos hacer llegar muchos alimentos, hay aún más o menos seis millones de personas que necesitan alimentos con urgencia y, con las inundaciones que continúan (en el sur) es muy posible que ese número aumente», declaró Marcus Prior, portavoz del PAM en Islamabad.

En la provincia meridional del Sind, y en particular en el valle del Indus, que en los últimos dí­as aumentó en 40 veces su nivel normal, millones de personas evacuadas de los pueblos y grandes ciudades siguen abandonadas a su suerte, aún cuando el nivel del agua comienza a bajar desde hace dos dí­as.

«El agua penetró en la ciudad de Jatti y está a dos kilómetros de la de Chootar Jamali», en el distrito de Thatta, allí­ donde el Indus es más ancho, afirmó el miércoles a la AFP Hadi Bakhsh Kalhoro, un alto funcionario del distrito, asegurando que sólo unos miles de personas se quedaron, a pesar de las advertencias en las dos ciudades casi desertadas por sus habitantes.

El miércoles, unos 500 damnificados hartos bloquearon la ruta en los suburbios de la gran ciudad de Thatta, exigiendo alimentos y refugio del gobierno.

Por el momento, el gobierno ha revisado apenas su balance de más de 1.600 muertos en todo el paí­s, establecido hace casi un mes, pero las autoridades y los humanitarios predicen que aumentará notablemente a medida que se descubran los cadáveres cuando se retiren las aguas, sin contar los riesgos de hambruna y de epidemia.