La mano dura, represión que recordamos


Alberto Sandoval, L-12 13623

La mano dura que recordamos y conocimos los guatemaltecos ha sido únicamente la que la dictadura militar usó para reprimir a los intelectuales de izquierda que los criticaban y denunciaban la corrupción. Porque a los delincuentes jamás les han dirigido mano dura, pues siempre han sido brazo derecho de quienes necesitan reprimir asesinando a opositores, en ese caso las instituciones de seguridad. Por ejemplo de 1970 a 1974 el gobierno de Arana dirigió una mano dura en contra de los pueblos zacapanecos que apoyaron la rebelión de Turcios Lima y Marco Antonio Yon Sosa, como el caso de los cien desaparecidos en Rí­o Hondo; el rí­o Motagua era el botadero de cadáveres, pues en esa región hacia Izabal se libraron muchas batallas, los cadáveres de los caí­dos eran rapados y rasurados los vellos de todo el cuerpo, también torturaron a miembros del PGT que se entregaron en la amnistí­a de 1972 para que mostraran las viviendas de quienes no aceptaron la amnistí­a. En el occidente, previo a la llegada de ARANA al poder, asesinaron a los antiguos dirigentes agrarios que habí­an participado en la reforma agraria de Arévalo y Arbenz, pagaron Q10 por cabeza a quien señaló sus viviendas. Y todo porque temí­an que Arévalo volviera al paí­s para postularse como candidato. En 1974, los diputados oficialistas de la dictadura militar emitieron una ley electoral que no permití­a que civiles fuesen candidatos a la presidencia de Guatemala, únicamente lo podí­an ser militares del rango Coronel hasta General, de esa manera evitaron que el ex alcalde de la capital, Colom Argueta, se postulara por una alianza de izquierda

A partir de 1976, cuando se dedicaban a atender a los damnificados por el terremoto, se inició una mano dura contra dirigentes del FUR; el secretario de la organización, licenciado Manuel Colom Argueta, sufrió un atentado en 1977.

Pero la mano dura más trágica dirigida contra la izquierda dio inicio en 1978. En junio secuestraron y asesinaron a miembros del sindicalismo agrupados en la CNT, y luego asesinaron a lí­deres estudiantiles, entre ellos Oliverio Castañeda, a quien se le acercó un policí­a militar que le gritó ¡que vive la revolución, compañere! Y lo acribilló. Continuando en enero de 1979, asesinando entre ellos al doctor Alberto Fuentes Mohr, y el 22 de marzo asesinaron a quien unificaba a la izquierda, Manuel Colom Argueta. Dieron una batida contra periodistas y locutores, especialmente contra los del radionoticiero El Independiente. A partir de este momento, cuando ya no habí­a lí­deres que denunciaran las atrocidades cometidas por los gobiernos militares corruptos, iniciaron el arrasamiento de las comunidades indí­genas del occidente de Guatemala; se suponí­a que era por el apoyo brindado a la guerrilla, pero ustedes se habrán dado cuenta en las elecciones que no existe tal relación, la realidad era que tení­an que despejar el área que inundarí­a la represa de Chixoy, quedarse con la franja transversal del norte, explotar a cielo abierto las minas, pero la gente se opuso a ser despojada de una tierra que durante miles de años les habí­a pertenecido en herencia cultural, pues no tení­an la costumbre de tener escrituras, pues eso fue algo que trajeron los conquistadores. Siempre ha sido así­ lo de la represión o mano dura nunca va dirigida contra delincuentes sino que va contra el pueblo, por ejemplo en 1954 después de la caí­da de Arbenz, la gente que habí­a recibido su parcela fue asesinada a machetazos acusada de comunista, luego en 1960 durante el gobierno de Ydí­goras y el de facto siguiente, asesinaron a más personas para quitarles sus tierras, para recuperar las tierras nacionales y entregarlas a manos privadas oligarcas o bien para no pagarles su tiempo de servicio.

En el perí­odo electoral ganado por Portillo fue la primera vez que ofrecieron mano dura los actuales demagogos, entonces unos delincuentes que tomaban en una cantina, se alegraron mucho y se dijeron «te preparas porque vamos a tener trabajo», pensando que se iba a reestablecer la represión contra la clase polí­tica izquierdista, afortunadamente la presencia de MINUGUA, los ACUERDOS DE PAZ y la cordura prevalecieron, y la mano dura fue dirigida al estilo CEREZO-SERRANO (como que él estuviera actualmente gobernando) es decir contra los fondos del Estado. Ya no sigan engañando al pueblo. Ofrecen el remedio, pero previo están poniendo el mal; el tiempo los ha delatado, incluso hubo quien una vez ofreció acabar con las maras y esas aun no existí­an en el paí­s, pero al dí­a siguiente las casas de los militantes del partido de ese candidato aparecieron pintarrajeadas con sí­mbolos mareros ¡Qué coincidencia!

Y así­ es joven, usted que apenas cumple los 34 años y no sabe lo que es mano dura, se lo cuento para que no se equivoque, pues lo que el paí­s necesita es Paz con libertad, como dijera Colom Argueta, pero debe ser una libertad con disciplina.