Mejor siete y no 20 mil


Pobres aquellos ignorantes que creen que caminando con la Ley en la mano o protegiendo a criminales los hará inmunes a las balas asesinas. Tenemos un paí­s donde han muerto 20 mil en los últimos 4 años y para muchos de ellos, la orden de su ejecución vino desde las cárceles, pero no hacemos ninguna investigación para encontrar culpables, pues nuestros esfuerzos son en meter a la cárcel a aquel que ajustició a siete asesinos.

Guillermo Castañeda Lee, CUI 1996 53836 1905

A mí­ me da la impresión que aquellos que se ensañan con Giammattei, no es por Giammattei mismo, sino que son los mismos resentidos que quisieran ver en la cárcel a alguien, porque tiene más que ellos, pues pareciera casualidad que los que más brincan contra nuestro posible salvador son los de la llamada izquierda progresista y algunos que en su ignorancia se la llevan de legalistas.

¿Creerán éstos que despotrican y piden proceso para Giammattei que eso les será reconocido por los criminales y les dará inmunidad para que ellos o su familia no caigan abatidos por las balas asesinas por quitarles un celular, su carro o una extorsión?

Yo no tengo pelos en la lengua y cuando uno está viejo dice lo que piensa y no anda con hipocresí­as, pero si me ponen a decidir qué serí­a mejor, si que muera un padre de familia que anda en la calle trabajando procurando el sustento de sus hijos o siete asesinos de Pavón, voto porque mueran los siete asesinos y apoyarí­a su ejecución. Pero la desgracia es que no ha muerto sólo una persona honrada, sino que andamos cerca de los veinte mil entre hombres, mujeres y niños.

¿Por qué tienen miedo de decirlo si así­ es como piensa la mayorí­a? Será por el qué dirán. El que dirán ya no se oye dentro de un cajón y a siete pies bajo tierra. Quien sabe si muchos de los que aprueban lo que le están haciendo a Giammattei, no estarí­an entre las ví­ctimas en estos cuatro años después que murieron estos personajes de la granja de Pavón.

Ojalá que esa manera de pensar mediocre los mantenga a salvo de las balas asesinas. Y como dijo el acusado: «Los buenos somos más», pero le faltó agregar que los pocos malos nos tienen de rodillas y hasta nos ensañamos contra quien los ataca.

Y como sé que lo que estoy diciendo es una oportunidad de oro para atacarme, pues dirán que apruebo eso porque soy asesino, que tomen en cuenta algo, «que no es lo mismo matar para proteger su vida, que matar para quitar una vida». Y si peco por eso, que Dios me perdone.