Carta: «Queremos mandarte una pelota, pero no cabe por la sonda»


Romina Gómez escribe una carta a su padre Mario, quien permanece encerrado en la mina junto a otros 32 mineros. FOTO LA HORA: AFP ARIEL MARINKOVIC

«Te quisimos mandar una pelota pero no pasa por la sonda, así­ que no podrán tener pichanga abajo», le cuenta Carolina a su padre Franklin Lobos, ex futbolista chileno y uno de los 33 mineros atrapados en la mina San José, en uno de los mensajes para sobrellevar el largo perí­odo de rescate.


Tras descubrir que sobrevivieron y que pueden ser capturados, un ambiente de optimismo se respira en Copiapó. FOTO LA HORA: AFP MARTIN BERNETTI

«Le hacemos bromas y le enviamos muchas energí­as positivas. Le contamos lo que ha ocurrido a nivel nacional, le pedimos que esté tranquilo y le decimos que lo estamos esperando», relata Carolina, sobre la primera carta que su familia le enviará a su padre.

Su familia llegó a imaginar que Lobos, que llegó a jugar en la selección chilena, podrí­a jugar con el resto de mineros abajo donde tienen un espacio suficiente para una pichanga (partido entre amigos).

«Le pedimos que esté tranquilo, que tenga harta fe, y que baje la barriga para que pueda jugar mejor a la pelota. Ah… y que nos gustarí­a enviarle un pan con palta (aguacate), que a él le gusta mucho», insiste Carolina.

Al igual que ella, la familia de los otros 32 mineros atrapados desde el 5 de agosto a 700 metros de profundidad escribieron cartas que les serán enviadas al fondo de la mina dentro de un tubo de plástico conocido como paloma, que se deslizará por el mismo ducto por donde el domingo una sonda los contactó y grabó con vida.

Por ese mismo canal se les ha hecho llegar glucosa y agua, además de algunos medicamentos para revestir el estómago y así­ evitar posibles úlceras por la falta de alimentación todos estos dí­as.

La tarde del lunes a través de un citófono que se instaló por este mismo ducto los mineros comunicaron que todos estaban en perfecto estado de salud, sin traumatismo pero con bastante hambre.

Tras confirmarse su buen estado de salud, las misivas que enviarán sus familias jugarán un papel fundamental en el aspecto aní­mico.

Según recomendaron los equipos de sicólogos a las familias, las misivas deben tener sólo mensajes positivos, que los animen a resistir el rescate que podrí­a extenderse hasta por cuatro meses.

«La familia le escribe un trocito de cada cosa. Pero nada triste sino frases para darles ánimo», cuenta Antenor Berrí­os, padre del minero Carlos Berrí­os, de 29 años.

«Por ejemplo le estoy contando que he salido en el extranjero, que me han llamado de todos lados y que estuve famoso esta semana», señala sobre la cantidad de entrevistas que ha dado a la televisión desde las inmediaciones de la mina.

«Le digo que esté bien y que lo estamos esperando felices», explica Antenor.

En tanto Romina Gómez, de 20 años, le escribió una sentida carta a su padre, Mario Gómez, quien el domingo le hizo llegar a su esposa una carta amarrada en uno de los tubos de sondaje.

«Hola, papito, soy la Romina, me alegro demasiado que estés bien. Es una de las alegrí­as más grandes que he tenido. Todos nos alegramos y emocionamos mucho cuando el socorrista vino a avisarnos que los 33 estaban vivos», cuenta.

«Aquí­ armaron una fiesta. Todos los acompañamos y amamos mucho, te estamos esperando. Te amamos, papi», lee, mientras le da los toques finales a su carta.

Romina confiesa que sus padres tienen una relación muy especial: «Ellos se aman, se adoran, pero las peleas les duran tres dí­as, aunque luego se contentan. Dos dí­as antes de que pasara el accidente se habí­an contentado de una pelea», añade.

Asegura que su padre es el rey de la casa, ya que sólo hay mujeres en su familia: su madre, ella y sus tres hermanas.