Ataques contra polí­tica de seguridad


La nueva polí­tica de seguridad del presidente francés Nicolas Sarkozy no le aporta beneficios en las encuestas de opinión y fue calificada de «indignidad nacional» por el ex primer ministro de derecha Dominique de Villepin, luego de las crí­ticas de la Iglesia católica.


En ví­speras de un regreso a las actividades tras las vacaciones del verano (boreal), que se anuncia difí­cil para el gobierno con la impopular reforma de las jubilaciones, la posición de Sarkozy en materia de seguridad no lo fortaleció y sigue muy bajo en las encuestas a dos años de la elección presidencial.

«Hoy hay una mancha de vergí¼enza en nuestra bandera», escribió en el diario Le Monde Dominique de Villepin, enemigo jurado del mandatario francés, en reacción a la expulsión de gitanos la semana pasada hacia Bulgaria y Rumaní­a.

Ante «el rostro irreconocible de la patria de los derechos humanos», Dominique de Villepin, que desea ser candidato a la elección presidencial de 2012, denuncia «una falta moral» y llama a «un deber de rechazo» ante una «desviación inaceptable».

En el mismo periódico, la diputada europea y ex ministra de Justicia Rachida Dati, í­cono del comienzo del mandato de Nicolas Sarkozy que luego cayó en desgracia, preconiza «recuperar» la unidad perdida «en los valores de la República», recordando que «para los hijos de la inmigración –entre los cuales se encuentra– la igualdad es el vector y la finalidad de la integración lograda».

Los ministros de Inmigración y del Interior, respectivamente Eric Besson y Brice Hortefeux, realizaron nuevamente varias declaraciones el lunes para justificar la polí­tica gubernamental en materia de seguridad, después de la expulsión de 216 gitanos a fines de la semana pasada.

Para el gobierno, no cabe duda de que la actitud de firmeza del gobierno «reúne a los franceses», cansados de los actos de delincuencia y falta de civismo.

La expulsión de gitanos hacia Rumaní­a y Bulgaria y la amenaza de quitar la nacionalidad francesa a criminales de origen extranjero provocó indignación incluso en la ONU, sin mejorar la posición en los sondeos de Sarkozy, estancado entre 34% y 36% de opiniones favorables, según las estimaciones.

«Todo eso para esto», resumió el politólogo Jean-Luc Parodi, quien consideró que se habí­a pagado un precio muy elevado por el pequeño aumento de 2 puntos del jefe del Estado en el último sondeo del instituto Ifop publicado por el Journal du dimanche.

«El tiro fue demasiado fuerte y evidentemente mal ajustado», consideró Parodi, mientras Nicolas Sarkozy «sube siete puntos entre los simpatizantes del Frente Nacional (extrema derecha)», dos puntos en su partido (UMP), pero su polí­tica de expulsión de gitanos es reprobada por la mayorí­a.

Una encuesta Viavoice publicada el lunes por el cotidiano Libération coloca a Nicolas Sarkozy en cuarta posición, detrás de tres socialistas, como personalidad preferida para convertirse en el próximo presidente.

Con 24% de los interrogados que desean verlo en la jefatura del Estado en 2012, Sarkozy llega muy lejos detrás del director del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Khan (44%), la primera secretaria del Partido Socialista Martine Aubry (31%) y después de Ségolí¨ne Royal (25%).

Un dí­a después del llamado al orden del papa Benedicto XVI invitando en francés a recibir a las «legí­timas diversidades humanas», la izquierda y los Verdes franceses denunciaron esta polí­tica.

Por otra parte, el padre Arthur, sacerdote y defensor de los gitanos, que el domingo devolvió su medalla del Mérito y deseó que Sarkozy sufriera una «crisis cardí­aca», para luego arrepentirse y presentar sus excusas al jefe del Estado, indicó el lunes que invitaba al presidente y a su ministro del Interior a ir a la ciudad de Lille (norte) a hablar con los gitanos.