Al menos ocho turistas hongkoneses


Al menos ocho turistas de Hong Kong, murieron hoy en una toma de rehenes en un autobús de Manila, que terminó con un asalto de la policí­a y la muerte del secuestrador, afirmó el presidente filipino Benigno Aquino.


«El incidente culminó trágicamente, al morir ocho civiles inocentes», afirmó Aquino en un comunicado difundido, tras un encuentro con oficiales de la Policí­a.

Unos 20 turistas hongkoneses que se encontraban en la capital de Filipinas fueron secuestrados durante horas en un autobús por un ex policí­a armado, el cual fue finalmente ultimado por la policí­a, indicó esta última.

El secuestrador, identificado como Rolando Mendoza, un ex inspector de policí­a, fue ultimado por un tirador de precisión de la policí­a, después de que empezara a usar a los secuestrados como «escudos humanos».

«Les pegué un tiró a dos chinos. Los voy a matar a todos si no paran con esto», declaró Mendoza a una radio filipina, mientras la policí­a se aprestaba a dar el asalto. «Sé que me van a matar», agregó.

Previamente el secuestrador habí­a liberado a siete personas.

Imágenes de la televisión mostraron vivos a cuatro de los alrededor de 16 rehenes que permanecieron en poder del secuestrador hasta el final, pero no se sabí­a qué habí­a ocurrido con los restantes.

El autobús estaba estacionado cerca de un parque cuando Mendoza subió a bordo, contó el jefe de la policí­a local, Leocadio Santiago, a la radio DZBB de Manila.

Mendoza, un policí­a condecorado, fue despedido en 2008 tras haber sido acusado de robo, extorsión e infracciones relacionadas con la droga.

Según un inspector jefe de la policí­a, Rodolfo Magtibay, Mendoza querí­a que se lo reintegrara.

Imágenes de televisión mostraron el autobús estacionado frente a una tribuna del Rizal Park, un lugar muy visitado por los turistas en pleno centro de Manila.

En un primer momento, la policí­a indicó que al menos 22 turistas hongkoneses y tres ciudadanos filipinos se encontraban en el autobús cuando se produjo la toma de rehenes.

«Nunca vivimos algo así­ antes, estamos muy preocupados», declaró el director general del Consejo de turismo de Hong Kong.

Las autoridades consulares chinas en Filipinas habí­an hecho un llamamiento a encontrar una salida pací­fica.

«Queremos que se haga todo lo posible para garantizar la seguridad y la integridad de nuestros ciudadanos», habí­a declarado Bai Tian, responsable adjunto de los servicios consulares chinos en Manila.

Posteriormente, autoridades de Hong Kong aconsejaron a los hongkoneses que ya no viajen por turismo a Filipinas.

Horas antes de la toma de rehenes, un ciudadano surcoreano fue ultimado en otro barrio de Manila por hombres armados. La policí­a afirmó que no existí­a ví­nculo alguno entre ambas cosas.