Las aspersiones de cultivos ilícitos que realiza Colombia con el herbicida glifosato están causando «terribles» enfermedades como cáncer entre la población de Ecuador, afirmó el lunes el vicepresidente ecuatoriano Lenin Moreno.
Expresó su preocupación porque «nuestros compatriotas estén adquiriendo enfermedades terribles como el cáncer» debido a las fumigaciones colombianas en la frontera común, las cuales fueron suspendidas por Bogotá el pasado 9 de febrero ante insistentes reclamos diplomáticos de Quito.
«De acuerdo a los estudios de la Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos (Aldhu, con sede en Quito) está siendo alterado su código genético (por efecto del glifosato y sus coadyuvantes)», agregó.
«Eso significa una tragedia», enfatizó.
En una entrevista publicada el domingo por el diario El Universo, el científico francés Robert Bellé dijo que el glifosato sería la causa de algunos tipos de cáncer.
«El glifosato formulado es el que provoca las primeras etapas de la cancerización», expresó Bellé, de la universidad Pierre y Marie Curie de Francia.
Moreno manifestó al canal Ecuavisa que «he visitado tres veces la frontera y me he dado cuenta de que ahí existe un paisaje apocalíptico (a consecuencia de las aspersiones), que sería bueno que el gobierno colombiano ponga mucha atención en lo que está ocurriendo».
Insistió en rechazar que las fumigaciones sean inocuas como sostiene Bogotá sobre la base de un informe de la OEA, y reiteró que Estados Unidos contrata a la compañía Dyncorp para que asperje en Colombia con glifosato, el cual «afecta ostensiblemente la salud de nuestra gente».
Colombia suspendió las aspersiones el 9 de febrero, pese a lo cual Ecuador insistirá en demandar a ese país ante el Tribunal de La Haya en busca de reparaciones para los afectados por las fumigaciones con glifosato.
El reinicio temporal de las aspersiones llevó a que Quito mantenga en consultas a su embajador en Bogotá desde diciembre pasado.
Científicos y técnicos de Colombia y Ecuador integran una comisión tripartita -en la que intervendrán expertos de la ONU o la OEA- para establecer los efectos de las aspersiones.