El presidente Evo Morales urgió un plan de evacuación de Trinidad, aislada por las inundaciones que dejaron las lluvias caídas en esa ciudad del nordeste de Bolivia y capital del departamento amazónico del Beni.
«Hemos instruido a las autoridades correspondientes hacer un plan para poder evacuar Trinidad, porque si el agua pasa la circunvalación toda Trinidad se inundaría, se lo llevaría», afirmó el mandatario, quien volcaba el lunes todos sus esfuerzos en socorrer a los damnificados, en su mayoría campesinos y aborígenes que residen en zonas remotas e inaccesibles del distrito.
Poco más de 20.000 personas, procedentes de suburbios y de las afueras de Trinidad, han sido evacuadas y trasladadas a albergues, montados en escuelas y coliseos por la gobernación local y el gobierno de Morales.
El agua, que cubre un anillo de 70 km alrededor de Trinidad (a 1.500 km al nordeste de La Paz), se encuentra en las partes más altas a 80 cm y en las más bajas a tan sólo 17 cm de rebasar el anillo de circunvalación que protege a Trinidad, según el prefecto (gobernador) de Beni, Ernesto Suárez, y el alcalde esa ciudad, Moisés Shiriqui.
Pese a haber movilizado a su administración y toda la ayuda de la comunidad internacional, las iniciativas de Morales resultan insuficientes para controlar el desastre, particularmente en momentos en que la oficina de Meteorología anuncia lluvias entre lunes y martes sobre Trinidad y la mayor parte de los 213.000 km2 de superficie de Beni.
Según cálculos preliminares, las pérdidas, principalmente en ganadería y agricultura, se elevan a más de 120 millones de dólares.