Además de los constantes asaltos que motoristas realizan en prácticamente todas las arterias de la ciudad, un nuevo hecho criminal nos pone en alerta sobre la falta de sitios seguros para las familias guatemaltecas. En uno de los más concurridos centros comerciales, se produjo el viernes un tiroteo que dejó el saldo de una persona muerta, lo que causó pánico entre las personas que se encontraban en el lugar.
Los viernes generalmente las familias acuden a esos lugares donde se combina el comercio con la diversión y muchos menores de edad se reúnen en los comerciales para ir al cine o simplemente para refaccionar. Lamentablemente también hay personas adultas que se dedican a beber en esos mismos lugares y la proliferación de armas plantea una mezcla explosiva y peligrosa.
Por fortuna las fuerzas de seguridad lograron la captura de una persona sindicada de haber disparado a la persona que quedó muerta en el centro comercial y se espera que mediante las cámaras instaladas se pueda probar fehacientemente lo ocurrido y su responsabilidad.
Pero es importante advertir que debemos adoptar medidas de protección que impliquen la prohibición tajante para que se ingrese con armas a lugares concurridos, puesto que el riesgo para los parroquianos es enorme a la hora de que se produce una balacera como la que costó una vida el pasado viernes. Dada la falta de confianza en las autoridades, muchos guatemaltecos se han armado para procurar su propia defensa frente a la criminalidad, pero eso significa un peligro adicional, especialmente porque no toda la gente que porta arma tiene la preparación o la madurez para reaccionar. Desafortunadamente cada día es mayor el número de armas en poder de particulares sin que aumente la capacitación de sus propietarios, lo que incrementa el peligro existente en términos generales.
El ideal sería disponer de una fuerza pública competente, capacitada y responsable que esté dispuesta a brindar a la ciudadanía la protección y seguridad que todos deseamos, puesto que así se tendría que eliminar esa tendencia a la portación masiva de armas de fuego que nos convierte en un país sumamente peligroso. Pero mientras eso ocurre, es fundamental que se establezcan limitaciones, al menos dentro de instalaciones privadas, para impedir que la gente pueda entrar portando y hasta enseñando su armamento. La reserva del derecho de admisión, que es un elemento que puede ayudar mucho a evitar desaguisados como el del viernes que, milagrosamente, no provocó daños adicionales, pero que pudo ser una tragedia porque en otros lugares hemos visto lo que pasa cuando hay un tiroteo en centros comerciales. Ese incidente nos obliga a poner las barbas en remojo.