El vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, llegó hoy a Pakistán en una sorpresiva visita, dedicada a la cooperación en la lucha contra los militantes talibanes y de la red terrorista de Al Qaida reagrupados a lo largo de la frontera con Afganistán.
Cheney llegó a Islamabad procedente del sultanato de Omán, que también visitó por sorpresa el domingo, constató un periodista de la AFP.
El número dos estadounidense se entrevistará con el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, para discutir «sobre las relaciones bilaterales y la situación en Afganistán», declaró a la AFP un responsable paquistaní.
Un helicóptero militar estadounidense sobrevuela actualmente a baja altitud la residencia del presidente Musharraf en Islamabad. Asimismo, por motivos de seguridad, el viaje de Cheney no fue previamente anunciado.
La visita del vicepresidente estadounidense coincide con la de la ministra británica de Relaciones Exteriores, Margaret Beckett, quien llegó a la capital paquistaní el domingo por la noche.
Beckett tiene previsto hablar con Musharraf sobre la presencia de rebeldes talibanes en las regiones paquistaníes fronterizas con Afganistán, país donde Gran Bretaña tiene destacados a unos 5.000 militares.
La visita de Cheney llega tras la advertencia oficial del presidente estadounidense, George W. Bush, a su homólogo paquistaní de un recorte de la ayuda de Estados Unidos al país asiático, según publicó el domingo el diario New York Times.
Según esas informaciones, Bush habría advertido a Musharraf que el Congreso estadounidense –donde los demócratas tienen la mayoría– podría reducir la ayuda de Estados Unidos si Pakistán no logra más progresos en la lucha contra Al Qaida.
El sitio internet del New York Times cita altos responsables de la administración estadounidense según los cuales, la Casa Blanca cree que el presidente paquistaní no está cumpliendo sus compromisos en ese terreno.
En septiembre de 2006, Musharraf –aliado de los estadounidenses en «la guerra contra el terrorismo» desde 2001– prometió a Bush que un acuerdo de paz logrado con los jefes tribales del noroeste de Pakistán no dificultaría la búsqueda y captura de talibanes y de miembros de Al Qaida en esa zona.
Sin embargo, los servicios secretos estadounidenses consideran que en esa región se han reconstituido células terroristas, según el New York Times.
Este último añadió que, además, altos oficiales estadounidenses habrían informado sobre un aumento de ataques en Afganistán perpetrados por una guerrilla aliada de los talibanes.
Las regiones tribales paquistaníes fronterizas con Afganistán son usadas como bases por los rebeldes talibanes, que prosiguen con sus ataques contra las fuerzas afganas y de la coalición internacional presente en el país.
Pakistán es acusado regularmente de no hacer lo suficiente para impedir a los talibanes instalarse en esas zonas tribales.
En su visita por sorpresa a Omán, Cheney trató el tema nuclear iraní y la situación en Irak y en los territorios palestinos.
El vicepresidente estadounidense abandonó el domingo Australia, última etapa de una semana de gira por varios países de Asia que también le llevó a Japón.
En Sidney, Cheney declaró el sábado que autorizar a Irán a desarrollar armas nucleares constituye «un grave error», al precisar que «todas las opciones están aún sobre la mesa».