Incentivos turí­sticos y auge comercial en Taiwán


De por sí­ es extraordinario el turismo extranjero y aun el interno, así­ como el comercio en la República de China con asiento en Taiwán, pero con los grandes esfuerzos que está haciendo el presidente Ma Ying Jeou, con la eficiente colaboración de su equipo de gobierno, la infraestructura y también la estructura ya existente, tales actividades están cobrando un auge sin precedentes.

Marco Tulio Trejo Paiz

En el mundo exterior de la progresista isla del sudeste asiático se ve con interés tanto lo turí­stico como lo industrial y comercial, pues lo uno y lo demás mejoran progresivamente cada dí­a.

El pueblo taiwanés, en su enorme mayorí­a, está contento, feliz, con la obra integral que vienen realizando el presidente Ma y el conjunto de funcionarios técnicos y cientí­ficos con el propósito de impulsar la economí­a y la vida activa en general de Taiwán Ha creado incentivos arancelarios y de toda clase.

Prioritariamente, la autoridad constituida bajo la presidencia de Ma se halla empeñada en solucionar en todo lo posible los problemas que surgen en el Estrecho y fuera del Estrecho.

Al respecto son dignos de mención, especialmente, los buenos logros adquiridos con mutua voluntad, realismo, comprensión y pací­ficamente.

La tirantez que prevaleció durante largos años atrás, ha venido atenuándose paulatinamente y, como en un significativo abrazo de hermanos que se están comprendiendo, uniendo y cambiando con evidente empeño apuntando a la institucionalización y a la normalización con respeto absoluto a los intereses y derechos legí­timos y soberanos entre ambas partes, con el loable y patriótico objetivo de hacer propicio un desenlace afortunado de verdadera hermandad y de trabajo positivo para cada nación.

El movimiento multimillonario de turistas de China continental hacia Taiwán se incrementa notablemente de manera cotidiana y, a la vez, los chinos taiwaneses viajan por millares y millares, tanto por asuntos de negocios como por placer. Eso ya nos está diciendo que la navegación aérea y marí­tima está teniendo magní­ficas oportunidades de actividad realmente provechosa, a pesar del estado de crisis financiera que se ha producido a nivel mundial.

Después de varias jornadas de negociaciones iniciadas en enero del presente año, fue firmado el 29 de junio un histórico acuerdo comercial entre Taiwán y el coloso continental que, dicho sea de paso, está demostrando con hechos y no con simples palabras el anchuroso como promisorio campo del trabajo edificante de positivos y efectivos beneficios para los dos hermanos que en otros tiempos fruncí­an ceños, como si fueren enemigos y no hermanos distanciados por motivos polí­tico-ideológicos.

La bella República de China, que es ni más ni menos un vistoso y agradable jardí­n donde una laboriosa comunidad que está pasando de los 23 millones en un pequeño archipiélago que en total ocupa una extensión superficial similar, aproximadamente, a la de El Salvador o a la de nuestro norteño Petén, ha puesto ante los ojos del mundo todo un ejemplo de progreso incesante e integral, pues produce con alta tecnologí­a y asimismo cientí­fica, todo lo que exige la vida moderna. Y aquí­ no cabe aquello de «facta, non verba» porque han sido puestas de manifiesto las realidades de realidades.

Es de lamentar el hecho de que los poderosos organismos internacionales estén marginando a la próspera República de China en Taiwán, aunque es de reconocerse que algunos de esos organismos ya están acogiendo en su seno algunos de mucha importancia en beneficio de los pueblos que padecen los azotes de endemias y pandemias, amén de los fenómenos de la naturaleza que provocan miles y miles de ví­ctimas mortales y heridos, así­ como gran destrucción.

Y es plausible que los elementos especializados y experimentados de Taiwán sin demora alguna se movilicen, incluso con perros amaestrados, para prestar los servicios que se necesitan con urgencia.