Debate sin ganadores


El primer debate de cara a las presidenciales de octubre en Brasil transcurrió entre la noche del jueves y el viernes sin grandes ataques entre oficialistas y opositores, que se concentraron en discutir los logros y déficits del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva.


El socialdemócrata José Serra, de 68 años, la ambientalista Marina Silva de 52, y el histórico izquierdista disidente del Partido de los Trabajadores (PT) Plinio de Arruda Sampaio, de 80 años, representaron a la oposición ante la favorita en las encuestas, la oficialista Dilma Rousseff, de 62 años, del gobernante PT (izquierda).

El debate tuvo pocos puntos álgidos y se desarrolló según un modelo pactado entre los candidatos, que mayoritariamente intercambiaron preguntas entre sí­ sobre los temas que elegí­an.

El influyente diario Folha de Sao Paulo resumió en su edición en internet que «los candidatos huyeron de las polémicas», y señaló que no abordaron temas álgidos, como la relación del PT con la guerrilla colombiana de las FARC denunciada por su fórmula presidencial, entre otros.

Mientras Serra, candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), segundo en las encuestas detrás de Rousseff, concentró sus crí­ticas en lo que considera falta de inversión en infraestructura durante el actual gobierno, la candidata oficialista prefirió abocarse a destacar los logros sociales de la gestión de Luiz Inacio Lula da Silva.

«Hoy andar en las carreteras federales es un peligro público», denunció Serra, al atacar los problemas de infraestructura del paí­s que será sede de la Copa del Mundo 2014 y las Olimpí­adas de 2016. La inversión en infraestructura fue responsabilidad de la delfina de Lula cuando fue su todopoderosa ministra jefe del gobierno (jefa de gabinete).

«Â¿Cómo Brasil puede crecer de manera sólida si, después de ocho años en el área de inversiones en la que usted tuvo una responsabilidad decisiva, 19 de los 20 principales aeropuertos están congestionados», cuestionó Serra.

Rousseff respondió con los puntos fuertes del gobierno de Lula que aspira a continuar tras las elecciones de octubre: programas sociales y una economí­a que puede crecer 7% este año.

«Sacamos 24 millones de personas de la pobreza y llevamos 31 millones a la clase media; en plena crisis, en 2009, creamos 1,7 millones de empleos», dijo Rousseff, hasta hace meses una desconocida en las encuestas pero en la que el popular presidente brasileño ha puesto su empeño.

«En los últimos 16 años tuvimos la oportunidad de ver a sus dos partidos (el PT y el PSDB que gobernó antes) incapaces de olvidar las divergencias para luchar por el Brasil que queremos», contrapuso la candidata del Partido Verde, Marina Silva, una ambientalista de 52 años que fue ministra de Ambiente de Lula.

Para el diario O Estado de Sao Paulo, hubo pocos momentos «fuertes» durante este debate, el primero de dos previstos entre los candidatos, que pugnan por avanzar en las encuestas de cara al primer turno electoral del 3 de octubre, que podrí­a ser seguido de una segunda vuelta el 31 de ese mes si no hay un ganador en la primera ronda.

La encuestadora Sensus dio el jueves una ventaja de 10 puntos a Rousseff, guerrillera en la dictadura y ex dama de hierro del gobierno de Lula, con 41% de la intención de voto. Con 31% le sigue Serra, ex gobernador de Sao Paulo y ex ministro de Salud, que ya perdió la elección presidencial de 2002 ante Lula. Marina Silva obtuvo 8,5% y Plinio de Arruda Sampaio 1,7%.

Los cuatro candidatos llegaron en helicóptero al debate que ocurrió en una televisora de Sao Paulo.

«Las elecciones en Brasil se deciden por la televisión y comenzó hoy (jueves) la fase de mayor exposición de los candidatos», evaluó la consultora polí­tica CAC. Aunque los debates televisivos pueden influenciar, se considera que el principal factor para definir el voto es la propaganda polí­tica gratuita y obligatoria en todos los canales, que comienza el 17 de agosto.

Lamentablemente para los candidatos, el debate coincidió con un emocionante partido de semifinales de la Copa Libertadores de América entre los clubes Sao Paulo e Internacional, que según las mediciones de audiencia, tuvo la preferencia de los televidentes brasileños.