Santos asume con reto de retomar relación con su vecino Venezuela


Soldados colombianos realizan labores de seguridad e inspección, como parte de las medidas previo al cambio de mando presidencial. FOTO LA HORA: AFP Rodrigo ARANGUA

Juan Manuel Santos, quien mañana asume la Presidencia de Colombia, tendrá como principales retos reanudar las relaciones con su vecina Venezuela, enfrentar la inequidad social del paí­s, y conseguir una ví­a que definitivamente ponga fin al conflicto con la guerrilla.


En un esfuerzo regional por mejorar los ví­nculos de Colombia y Venezuela, rotos hace dos semanas, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y el secretario general de la Unasur, el ex mandatario argentino Néstor Kirchner, se reuní­an este viernes en Caracas con el presidente venezolano Hugo Chávez, antes de llegar a Bogotá para la toma de posesión de Santos.

Otros doce mandatarios de América Latina estarán presentes en el acto, entre ellos el uruguayo José Mujica, quien ha dicho que intentará contribuir a «la paz de la región», el ecuatoriano Rafael Correa, el mexicano Felipe Calderón, el chileno Sergio Piñera, y el peruano Alan Garcí­a.

Venezuela rompió sus relaciones con Colombia el pasado 22 de julio, luego de que el gobierno del saliente presidente Alvaro Uribe denunció ante la Organización de Estados Americanos (OEA) que en su territorio se esconden unos 1.500 guerrilleros activos de las FARC y el ELN.

Antes de ese episodio, Santos habí­a comenzado como presidente electo un proceso de acercamiento con Venezuela, y habí­a invitado a Chávez a su acto de investidura, insistiendo en afirmar que «cuando los gobernantes pelean, son los pueblos los que sufren».

Al ganar la segunda vuelta presidencial el pasado 30 de agosto, Santos, ex ministro de Defensa de Uribe entre 2006 y 2009, prometió no dar tregua a las guerrillas, que mantienen un conflicto armado desde hace más de 40 años.

A una semana de su investidura, Alfonso Cano, máximo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), invitó al nuevo gobierno de Santos a «conversar» para buscar una salida a ese conflicto.

Aunque Santos no ha hecho ninguna declaración sobre el mensaje de Cano, su vicepresidente Angelino Garzón dijo que el diálogo es posible si las FARC liberan a los secuestrados que mantienen en su poder y dejan ir a los menores de edad combatientes.

La forma de enfrentar a las FARC es especialmente sensible en Colombia, donde el presidente Uribe deja la presidencia al cabo de ocho años con un í­ndice de aprobación de gestión del 80%, basado en su polí­tica de «seguridad democrática» de combate frontal a las guerrillas.

La ejecución de esa polí­tica por parte de Santos, quien como ministro de la Defensa entre 2006 y 2009 dio los más duros golpes a las FARC, catapultó polí­ticamente al nuevo presidente, quien llega al cargo con una popularidad del 70%.

De 58 años, casado y con tres hijos, Santos es considerado como el «delfí­n» de Uribe, y aunque con frecuencia expresa la admiración que le tiene, en las últimas semanas ha mostrado que no dudará en tomar sus propias decisiones.

Tras anunciar que conformarí­a un gobierno de unidad nacional, Santos designó al dirigente derechista Germán Vargas Lleras, uno de sus rivales en las presidenciales, como ministro del Interior y Justicia, pese a que desde la Casa de Nariño el aún vicepresidente Francisco Santos se opuso públicamente.

Para conformar el gabinete, Santos escogió a figuras de todos los partidos del centro y la derecha, desde el Liberal hasta el Conservador, y prometió que garantizará la transparencia y el pluralismo.

A lo interno, el mayor reto de Santos será enfrentar el tema social, en un paí­s que acusa un desempleo de 12% y una pobreza de 46%, en tanto prometió crear 2,5 millones de puestos de trabajo en su cuatrienio.

Santos gobernará el periodo 2010-2014 y tiene la posibilidad de una reelección inmediata para cuatro años más.