Ha intentado evitarlo durante varios años, pero Naomi Campbell, la modelo británica famosa por su belleza y temperamento, ha declarado hoy ante el Tribunal especial para Sierra Leona. La fiscalía la reclamó como testigo en la causa seguida contra Charles Taylor, ex presidente de Liberia entre 1997 y 2002, por crímenes de guerra y contra la humanidad. Según los fiscales, el antiguo líder político habría comprado «diamantes sangrientos» para desestabilizar Sierra Leona surtiendo de armas al Frente Unido Revolucionario sierraleonés. Con el testimonio de Campbell, esperan probar que sí hubo tráfico, algo que Taylor ha negado bajo juramento. Temidos por su brutalidad, los insurgentes contribuyeron a que la guerra civil en Sierra leona (1991-2002) se cobrara unos 250 mil muertos.
La modelo ha admitido haber recibido «unas piedras pequeñas y sucias en una bolsita». «Asumí que eran diamantes en bruto, mandados por Taylor, cuando así me lo apuntaron después», ha dicho. La entrega tuvo lugar en 1997 tras una cena organizada por el ex presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, con objeto de recaudar dinero para su Fundación. A la misma acudieron, además de ella misma y Taylor, el músico Quincy Jones, la actriz Mia Farrow y el ex jugador paquistaní de cricket, Imran Kahn, y su entonces esposa, Jemima. Curiosamente, hasta hace unas semanas, Campbell había negado en público, y ante la televisión de Estados Unidos, haber aceptado el polémico presente.