Dall»Anese, por asumir en Guatemala


Francisco Dall

El nuevo comisionado de la ONU contra la impunidad en Guatemala, el costarricense Francisco Dall»Anese, encontrará un paí­s sin fiscal general, un polémico presidente en la Corte Suprema y fuerzas de seguridad acusadas de tener supuestos nexos con las mafias.


A la crisis judicial, Dall»Anese hallará un Congreso dividido y a las puertas del proceso electoral de 2011, lo que dificulta la aprobación de leyes contra el crimen organizado, tarea pendiente de su antecesor, el jurista español Carlos Castresana.

Castresana renunció el 7 de junio por falta de apoyo para luchar contra la impunidad y las crí­ticas sistemáticas contra su persona y la Comisión Internacional Contra la Impunidad (Cicig), así­ como por los presuntos ví­nculos del entonces fiscal general, Conrado Reyes, con el crimen organizado.

La Cicig, instancia sin precedentes en la ONU, fue creada en diciembre de 2006 para sanear la corrupción en el sistema judicial guatemalteco y desmantelar los aparatos clandestinos que operan dentro del Estado.

Las explosivas declaraciones de Castresana en ocasión de su renuncia provocaron un cisma polí­tico en Guatemala, donde el 10 de junio la Corte Suprema destituyó a Reyes y ordenó un nuevo proceso.

Para complicar la situación de Dall´Anese, la Corte Suprema también está sumida en una crisis por los polémicos viajes de su presidente, Erick ílvarez, uno de ellos a Brasil por siete dí­as con su asistente personal de 23 años, así­ como por las declaraciones de Castresana.

Este lunes, el presidente de la Cámara Penal de la Corte, César Barrientos, pidió ante el pleno de magistrados la renuncia de ílvarez, a quien acusó de poca transparencia cuando presidió la comisión de postulación a fiscal general.

La comisión seleccionó a los seis candidatos finales al cargo, entre ellos a Reyes, designado por el presidente ílvaro Colom.

Mientras, la Policí­a carece de credibilidad ante la población, por supuestos nexos con bandas de narcotráfico, secuestradores y asaltantes, así­ como la ausencia de una polí­tica para contrarrestar la violencia que deja unos 18 muertos diarios.

El propio ministro del Interior, Carlos Menocal, reconoce la decadencia de las fuerzas de seguridad, las que, además, están infiltradas por las mafias, pese al esfuerzo por depurar sus estructuras.

«Nosotros hemos dicho que nos estamos enfrentando dentro de la Policí­a con personas vinculadas a estructuras criminales y que las fuerzas de seguridad están en cierta medida penetradas por la criminalidad», comentó Menocal a la prensa local.

Siete de los 27 comisarios de la Policí­a tienen denuncias por violaciones a los derechos laborales, asociación ilí­cita, robo, extorsión, cohecho pasivo, apropiación y retención indebida y violencia contra la mujer, según publicó el diario Prensa Libre.

Grupos sociales lamentan que Dall´Anese estará poco tiempo al frente de la Cicig para reducir la impunidad, que alcanza el 98% de los casos, pues el mandato termina en septiembre de 2011.