La basura en su lugar


Uno de los desafí­os más grandes para el futuro de Guatemala es el escaso grado de conciencia ciudadana con respecto a la defensa del medio ambiente. El problema de la basura que no se recicla y sólo contamina es un tema que nos afecta a todos.

Félix Loarca Guzmán

Al depositar a cielo abierto la basura, los microorganismos que ahí­ se producen son transportados por el viento contaminando el aire, el suelo y el agua, e incluso nuestros alimentos. La basura atrae ratas, insectos y otros animales que transmiten enfermedades poniendo en peligro nuestra salud.

Todos deberí­amos reflexionar en torno a que el planeta Tierra es nuestro hogar, y que por consiguiente, tenemos que cuidarlo, porque es el único que tenemos. El fenómeno del cambio climático que ya ha empezado a causar estragos en los diferentes continentes, es una advertencia sobre la necesidad de actuar con responsabilidad para proteger nuestro futuro.

El Ministerio de Educación debe preocuparse por introducir contenidos curriculares tanto a nivel de la primaria como de la secundaria, destinados a poner énfasis en la Educación Ambiental.

Según Wikipedia, la enciclopedia libre, este tipo de educación es un proceso pedagógico dinámico y participativo, que busca despertar en la población una conciencia que le permita identificarse con la problemática ambiental tanto a nivel general (mundial), como a nivel especí­fico (medio donde vive).

La educación es un arma formidable para promover cambios importantes en los hábitos de los seres humanos, pero hay que empezar con los niños y hacerlo pronto porque la vida es corta.

Actualmente es preocupante observar a muchas personas, especialmente mujeres bien vestidas, que dejan la basura en las puertas de las viviendas de sus vecinos, para no pagar el servicio de los camiones recolectores, con lo cual contribuyen a la contaminación del medio ambiente.

En la misma lí­nea, resulta frustrante ver a los tripulantes de vehí­culos lujosos que circulan por la Avenida Reforma y otras arterias importantes de la capital de Guatemala, y de otras ciudades del paí­s, que sin inmutarse lanzan la basura en la ví­a pública, generalmente envases de pollo frito o de comida chatarra.

Asimismo, no hay adjetivos para calificar la conducta de quienes en forma irresponsable convirtieron en depósitos de basura muchos de los tragantes de las calles y avenidas, al grado que las autoridades municipales se quejan que han encontrado hasta colchonetas, lo cual provoca inundaciones en la época de invierno.

Entre todos podemos hacer mucho para parar la contaminación y salvar a nuestro planeta. El primer paso es colocar la basura en su lugar. Construyamos un futuro mejor, pero empecemos hoy, pues el tiempo se nos acaba.