Por supuesto, Jorge Ismael Soto García, alias, comandante Pablo Monsanto, que no es un gusto escribir sobre un guerrillero como usted, que vivió, explotó, usufructuó, lucró durante los 36 años que duró el conflicto armado, se hartó de contarles cuentos a los noruegos para que les soltaran aquellas cantidades bestiales de dólares, mientras usted disfrutaba de las mieles de conocer Europa, y tomar whisky en hoteles de lujo, que jamás con su capacidad económica soñó hacer realidad. Allí estuvo, usted, Jorge Ismael Soto García, alias, comandante Pablo Monsanto, presente el día de la firma de la paz, en el Palacio Nacional, cuando ílvaro Arzú fue Presidente, otorgándoles a ustedes guerrilleros, que habían perdido la guerra, la oportunidad de una amnistía. Usted se hizo presente en reemplazo de su camarada Rodrigo Asturias, alias, Gaspar Ilon, hijo de Miguel íngel Asturias, Premio Nobel de Literatura, que estaba atareado, secuestrando a la señora Novella, por tercera vez consecutiva; permítame decir la edad de la anciana, 84 años, ahí, ustedes guerrilleros, se hacen los machos, contra una viejecita. Qué más quieren. Que nosotros, el pueblo con memoria histórica, los aplaudamos, por los vejámenes cometidos, pero no por sus ideas comunistas, no señor, no se llame a engaño, fue porque son una partida de aprovechados haraganes, que arrastraron a cuantos jóvenes incautos, hoy muertos, así es, por el Ejercito, porque pelearon cuerpo a cuerpo, cosa que usted no hizo, se escondió, por eso está vivo y deshonrado. Pero no culpe a periodistas probos como son la zaga Marroquín, de su manifiesta cobardía. Permítame despedirme, de todos sus camaradas guerrilleros, que hoy están gobernando, con descrédito mi Guatemala.