Normalizan relaciones


México decidió «normalizar» sus relaciones con Honduras al considerar que hay «avances significativos» en los problemas derivados del golpe de Estado de junio de 2009, que destituyó al entonces presidente Manuel Zelaya, dijo el sábado la cancillerí­a mexicana.


México instruyó a su embajador acreditado ante Honduras «a regresar a Tegucigalpa y reanudar sus funciones diplomáticas, en los primeros dí­as de la próxima semana», añadió la cancillerí­a.

Tarcisio Navarrete, el embajador de México en Tegucigalpa, fue llamado a consultas por el presidente Felipe Calderón el 30 de junio de 2009 en respuesta al golpe de Estado. La sede diplomática quedó a cargo del responsable de Negocios.

La decisión de normalizar relaciones diplomáticas fue tomada luego de que la cancillerí­a mexicana recibió el Informe presentado por la Comisión de Alto Nivel (CAN), creada por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para analizar la situación en Honduras.

El informe «refleja avances significativos por parte del Gobierno y otros actores hondureños para atender los principales problemas derivados del Golpe de Estado que denota una actitud positiva tanto del presidente Porfirio Lobo como del ex presidente José Manuel Zelaya», consideró la cancillerí­a.

Ese texto se suma «al planteamiento favorable de la mayorí­a de los paí­ses centroamericanos (…) sobre la reincorporación de Honduras a la Organización de Estados Americanos», prosiguió la cancillerí­a.

«Dichos avances contribuyen a conformar un escenario más propicio para el entendimiento y la reconciliación, mediante el diálogo polí­tico y el fortalecimiento de la protección de los derechos humanos», añadió.

«Con esta decisión México normaliza sus relaciones diplomáticas con Honduras», concluyó.

Después de que su paí­s fue suspendido de la OEA, en agosto de 2009 Zelaya fue recibido en México con honores por el presidente Felipe Calderón y reconocido como huésped distinguido por la alcaldí­a capitalina de izquierda.

A finales de ese año México ofreció a Zelaya establecer residencia temporal en territorio mexicano, pero prefirió declinar la invitacióno.