Dejan solución en manos de Santos


Los cancilleres de Venezuela, Ecuador y Colombia en la sesión de Unasur. FOTO LA HORA: AFP RODRIGO BUENDIA

Colombia y Venezuela exhibieron posturas irreconciliables durante una cita de cancilleres de la Unasur en Quito, dejando al próximo gobierno de Juan Manuel Santos la tarea de recomponer las relaciones rotas por Caracas tras la denuncia de que alberga a guerrilleros colombianos.


El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, cuyo paí­s ejerce la Presidencia pro témpore de la Unasur, anunció anoche que la reunión para impulsar un diálogo finalizó sin un consenso por las hondas divergencias entre los ministros de Exteriores Jaime Bermúdez (Colombia) y Nicolás Maduro (Venezuela).

«Existen posiciones muy distintas que no permitieron llegar a un documento oficial. Fue una reunión difí­cil porque las posturas son muy diversas, en algunos casos contradictorias. Fue difí­cil acercarlos», admitió Patiño.

Ante esa realidad, la presidencia de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) planteó una cumbre de mandatarios del bloque, cuya convocatoria será definida por el gobernante ecuatoriano, Rafael Correa, y el secretario del grupo, Néstor Kirchner.

Bermúdez culpó a Venezuela de haber impedido el consenso sobre un mecanismo de cooperación que evite la presencia de los rebeldes en otros paí­ses.

«Todos los cancilleres llegamos a un texto preliminar que incluí­a distintos aspectos» como «definir mecanismos eficaces en la cooperación para impedir que grupos criminales y terroristas, en este caso las FARC y el ELN, estén en cualquier paí­s de la región», señaló.

Pero cuando todos los cancilleres estábamos de acuerdo, a última hora Venezuela decidió que no aceptaba (…) y pidió que fuera un texto no oficial», agregó el ministro.

A falta de ese documento, Patiño hizo una sí­ntesis del encuentro, señalando la conveniencia de evitar la presencia de irregulares colombianos en otras naciones.

«Los (12) estados miembros consideramos que es importante que para preservar la paz y la armoní­a entre nuestros paí­ses, dispongamos de un claro compromiso por evitar la presencia de grupos irregulares que afectan» esos principios en la región, indicó.

Bogotá denunció el 22 de julio en la Organización de Estados Americanos (OEA) que unos 1.500 guerrilleros colombianos se refugian en territorio de Venezuela con la tolerancia de autoridades de ese paí­s.

Debido a ello, el lí­der venezolano, Hugo Chávez, rompió las relaciones con Colombia y puso en alerta a sus Fuerzas Armadas ante un eventual ataque militar de ese paí­s con apoyo de Estados Unidos, al que amenazó con suspenderle la venta de petróleo en caso de un conflicto armado.

Maduro dijo que por exigencia suya, Bermúdez se comprometió a que el gobierno del presidente Alvaro Uribe, que finaliza el próximo sábado, no atacará a Venezuela.

«Esperamos que la palabra empeñada se cumpla y los vientos de guerra que pretenden soplar desde» Colombia «sean disipados, anulados y se respete el derecho internacional», sostuvo.

El canciller venezolano dijo también que su paí­s «ha chequeado» los datos entregados por Bogotá y dará a conocer un informe próximamente, que se sumará a su propuesta de que el gobierno colombiano retome el diálogo con la insurgencia.

«Nuestro gobierno los ha chequeado (los datos) y en su momento debido, profesionalmente, se mostrarán los resultados», incluidos videos, indicó Maduro, quien sin embargo tildó esa información de «show» y reiteró que Caracas combate a todas las fuerzas ilegales que traspasan la frontera de 2.200 km.

El ministro expresó igualmente que una solución a la crisis no es viable con Uribe y que Caracas espera la posesión de Santos para intentar un acercamiento.

«En unas horas vamos a tener un nuevo gobierno en Colombia y con ello aspiramos al respeto absoluto, que cesen los ataques que hemos vivido en los últimos ocho años, que cesen la mentira, los montajes, las trampas y que la relación se base en el diálogo», confió Maduro.