EE.UU. busca tranquilizar a Rusia


Proyecto.El director de la agencia de defensa antimisiles, general Henry Obering, explicó durante una conferencia el proyecto de EE.UU. sobre su escudo antimisiles en Europa.

Estados Unidos, que quiere evitar una confrontación con Rusia, aliado indispensable en algunos temas internacionales, lanzó una ofensiva generalizada para tranquilizar a Moscú sobre su escudo antimisiles en Europa.


Los responsables norteamericanos multiplicaron sus declaraciones para explicar que su proyecto de escudo antimisiles que prevé instalar en Europa no está destinado a Rusia, sino a Irán y a otros paí­ses y organizaciones del Medio Oriente porque sospecha que intentan dotarse de armas de destrucción masiva.

«Estos sistemas de misiles están allí­ para responder a las amenazas vinculadas al contexto después del 11 de septiembre», explicó la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, en Berlí­n, tras reunirse con su homólogo ruso, Serguei Lavrov.

«El sistema (de escudo antimisiles) no está dirigido contra Rusia, es un sistema limitado en sus capacidades que no constituye una amenaza a la disuasión nuclear rusa», sostuvo el asesor de seguridad del presidente estadounidense, Stephen Hadley, enviado a Moscú para apaciguar los ánimos.

«No tenemos proyecto actualmente para extenderlo a otros paí­ses», afirmó por su lado en Washington el director de la Agencia de defensa antimisiles estadounidense, el general Henry Obering.

Casi al mismo momento, un viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Grigori Karassin, se reuní­a en Washinton con el número tres del Departamento de Estado, Nicholas Burns, con el subsecretario de Estado para Asuntos Europeos, Daniel Fried, y su colega encargado de Asia Central, el Cáucaso y Europa del Este, Richard Boucher.

«Ellos discutieron sobre las posibilidades de cooperación entre Estados Unidos y Rusia para buscar soluciones a las fuentes de inquietud regionales», dijo el Departamento de Estado en un comunicado.

Esta iniciativa diplomática siguió a las declaraciones incendiarias de un general ruso que amenazó el lunes a Polonia y a la República Checa con dirigir contra ellos los misiles rusos si aceptaban instalar en su territorio el escudo de misiles norteamericano.

Calificadas de «extremadamente torpes» por Rice, de «irreflexivas e irresponsables» por Burns, estas declaraciones causaron un enfriamiento entre Moscú y Washington, que pese a todo cooperan eficazmente en numerosos asuntos, principalmente en lo referente a los programas nucleares de Irán y Corea del Norte.

Estas explicaciones fueron consecutivas a un discurso extremadamente crí­tico contra Washington que el presidente ruso, Vladimir Putin, pronunció el 10 de febrero en Munich.

El jefe del Kremlin emitió crí­ticas contra Estados Unidos, acusándolo de «desbordar sus fronteras nacionales en todos los ámbitos» y de crear una situación en la que «nadie se siente seguro» en el mundo.

A pesar de su ofensiva para calmar a Moscú, Estados Unidos hizo saber que seguirá criticando abiertamente al Kremlin cuando lo juzgue necesario.

En un discurso pronunciado el miércoles en Washington, Burns, subsecretario de Estado para Asuntos Polí­ticos, reconoció que Estados Unidos necesita a Rusia y al mismo tiempo considera necesario «redefinir» y «reequilibrar» las relaciones con Moscú.

En la lucha contra el terrorismo y la proliferación nuclear, «Rusia es uno de nuestros socios más sólidos en el mundo», declaró el responsable norteamericano.

Pero Washington debe poder criticar «la actitud dominante» de Rusia ante Georgia, Moldavia y los Estados Bálticos, y también la situación de los derechos humanos en el paí­s, agregó.

Se debe «reconocer francamente que vale la pena y reconocer a la Federación de Rusia cuando logramos resultados juntos, pero debemos también ser igualmente honestos cuando (…) estamos en desacuerdo con los rusos», indicó Burns.