Los meses y los días van pasando, pasados por agua y la situación de inseguridad e inestabilidad en el país, aumenta minuto a minuto. Es cuestión de tiempo, como una bomba de las que estallan en el transporte, al que Robles, vocero de la Presidencia, niega credibilidad. Ojalá la negación de este muchacho, Robles, a la realidad, se arreglara con cerrar los ojos, y decir que lo sucedido en todo el territorio nacional, es producto de la sesgada información de los diarios escritos, radiales y televisivos. Inocente amigo, el vocero presidencial, que repite como ave parlante, las incoherencias de sus patrones. Guatemala está desestabilizada por la falta de cumplimiento de leyes, estatutos milenarios, que han sido réplica de gobiernos del Viejo Continente, en donde han sido exitosos a base de prueba y error. Esta administración está cerrada en banda, en continuar dentro de las fantasías, que su jefe de bancada, inventó en campaña, a la cual se ha ceñido, con tal abyección, que dentro de su ignorancia, obstinación y ofuscación, ha conducido a Guatemala al despeñadero, en donde todos nos encontramos, descubriendo una nueva manera de vivir. Compartimos territorio con delincuentes. De poco y nada sirven las leyes, promulgadas, aceptadas y ejercidas en el resto del mundo, cuando nuestras administraciones gubernamental y edilicia las incumplen e ignoran.