El pollo en el puchero; y el cambio climático


Antes, comer gallina ¡costaba una gallina!; la verdad es que no habí­a abundancia de gallináceos en Guatemala; se acostumbraba degustarla en acontecimientos especiales: al venir al mundo un varón, un cumpleaños o preparar un banquete. En el caso de dar a luz un niño, la mamá ya se merecí­a el caldo. Si el nacido era hembra se le daba pollo. Era un lujo comer gallina o pollo.

Santiago Villanueva Gudiel

El ingeniero Miguel Ramón Ydí­goras Fuentes, para ganar la Presidencia del paí­s ofreció: «Que pondrí­a pollo en el puchero de todo guatemalteco». Lo cumplió, y desde entonces hasta hoy ¿quién no come pollo de diversos nombres o marcas? Así­ que agradezcamos al ex presidente Ydí­goras que todaví­a se come pollo, gallina y huevos; solo que a mayor precio.

Actualmente estamos a punto de la peor escasez que no se haya sufrido antes; además del ingrato precio de la azúcar, la constante alza a los combustibles petroleros, siendo actualmente un paí­s azucarero y también ahora petrolero; y aún hay más productos comunes y nativos de consumo diario de la canasta básica, a mayor costo hasta de los árboles frutales permanentes como los aguacates, guineos, y otros que por subirles el precio, ya escasean en el puchero actual de los guatemaltecos, al grado de hambruna, sin que exista todaví­a la viga que ofreció el presidente Colom que les caerí­a a los hambreadores del pueblo; y ellos siguen campantes haciendo astillas del pobre y sufrido pueblo de Guatemala.

El cambio climático también nos recuerda ¡cuando Zacapa era tierra tan caliente!, que se decí­a que sus nativos, aun en el infierno sentí­an frí­o, acostumbrados al calor de un desierto inmediato que no en balde se llamaba «LA FRAGUA»; tanto que al paso por él, ya fuera en tren o automotor, se sentí­an los fogonazos de aire caliente que se le vení­an encima al humano, con oleadas que hasta quemaban la lengua al hablar.

Pues el ingeniero Ydí­goras Fuentes también logró el proyecto de irrigación de los «llanos de la Fragua»; que cambió el clima de calor por aire fresco en Zacapa; y aquel desierto se convirtió en vergel israelita; hoy se cosechan en él uvas, melones, sandí­as y verduras; que recuerdan el cambio a bien de la tierra y su clima. ¿Y qué decir del Parque Centroamérica o de La Industria, y del Centro Cultural Miguel íngel Asturias? Y otras obras construidas por él. ¿Por qué se irá a recordar al presidente Colom?

En la cabecera departamental de Jutiapa hoy los grados de calor son más altos que en Zacapa. Antes era fresca por los aires que bajaban de sus montañas y el volcán Suchitán; corrí­an muchas aguas de sus nacimientos llamados: «ojos de agua, quebradas, vertientes», manantiales y riachuelos de los que se bebí­a el agua directamente pura y fresca; y sustentaban permanentemente a los rí­os de Paz, Amayito, Salado, La Virgen, Ostúa, Tamazulapa y otros, cuyos caudales de agua desaparecieron por la deforestación en todo el departamento; y la falta de cuidado por su resiembra; por algo la idea de Arturo Soto Juárez de llamar a Jutiapa «La Cuna del Sol», ¡vaya si no! Y porque es donde primero asoma en Guatemala.

Esto lo confirma la existencia del actual Corredor Seco de Oriente, con poblaciones desnutridas e improductivas que presentan al paí­s en indigencia nacional, dando sus desgracias al desperdicio internacional; para recibir ayudas pasajeras de pan y dinero para hoy; y siempre hambre y miseria para mañana y después, ¿qué? ¿Por qué no volver a hacer de oriente tierra de riego, fresca y promisión; reforestándolo?

Pero ¡Albricias! A finales del 2009 se conoció la inteligente iniciativa de extranjeros, apoyada por buenos centroamericanos, de hacer UN CANAL SECO INTEROCEíNICO, o sea una ví­a transversal de carretera para autos, ferrocarril y oleoducto, en la franja desnutriente del actual corredor desnutrido, con el apoyo de los mejores alcaldes y los paralelos a las fronteras con El Salvador, Honduras y el Trifinio; para que sea una realidad esa ví­a transversal para el paso del petróleo y mercaderí­as de un océano al otro, desde la desembocadura del rí­o de Paz en Moyuta, donde se construirí­a un puerto, hasta Puerto Barrios; y convertir la franja en «La tierra Prometida de Dios»; sustituto comercial en parte del Canal de Panamá, haciendo esa región comercial, con fuentes de trabajo honrado y nuevas poblaciones productivas.

Ese proyecto se debiera de apoyar por toda Guatemala y sus gobiernos. Mantenerle publicidad, e imprimirle un folleto con su mapa, para tenerlo vigente, y pedir a Dios su realización, y por supuesto ayudar.