La Torre Eiffel, el monumento de pago más visitado del mundo, que rozó los 7 millones de entradas en años recientes, va a apostar por la calidad de la atención y por ofrecer más contenidos, como por ejemplo tabletas multimedia de alquiler.
«Ahora tenemos otra ambición, decir «no queremos ir a los 7, 8, 9 ó 10 millones de visitantes». Queremos trabajar más en pos de la calidad», explicó a la AFP Jean-Bernard Bros, presidente de la empresa que explota la Torre Eiffel (Sete) y adjunto del alcalde de París, encargado del turismo.
Según Bros, superar los 7 millones se volvería «incómodo», para el monumento, «que trabajaría demasiado», para los equipos y el personal, sometidos «a demasiada presión», y para los visitantes.
En el período estival, que es la temporada alta, la Dama de Hierro de la capital francesa está recibiendo hasta 32.000 personas por día.
Una multitud que no parece molestar mucho a los turistas, que hacen largas colas al pie de la más famosa torre metálica del mundo.
«He venido ya varias veces, y siempre hay colas, pero vale la pena esperar», dice Elizabeth Sahmm, que viene del estado norteamericano de Virginia y considera la información «muy eficaz» y el sitio web de la Torre Eiffel «muy interesante» para sus estudiantes.
Una pareja de Nimes, Francia, sentada en un banco cerca de la puerta de entrada, no ha tenido que hacer dos horas de cola para comprar sus billetes, pues aprovechó el nuevo sistema lanzado hace seis meses por Sete: reservar una franja horaria y comprar las entradas por adelantado.
«En tiempos de gran afluencia estamos al tope en cuanto a acogida. La gente está obligada a esperar en condiciones que no siempre son satisfactorias. Tras la primera cola, los visitantes esperan entre 30 y 45 minutos» para llegar a la cumbre, dice Nicolas Lefebvre, director general de Sete.
Gracias a las reservas en internet, «el 30% de los visitantes evita la fase de espera a la entrada a la Torre Eiffel», se congratula.
«Este lunes también hemos lanzado la comercialización, en prueba, de una guía multimedia que da información a los turistas sobre lo que ven», indica.
La guía es una tableta iPad, que se alquila en el piso segundo y da toda la información sobre la Torre y la historia de los monumentos parisinos que se ven desde las alturas. La Sete también trabaja en una aplicación para el iPhone, «con la que se podrá obtener información y comprar el boleto».
La Sete explica que ha «ampliado en gran medida los servicios de información», que eran una de las debilidades del sitio, ya que recién en 2008 se instaló un quiosco digno de ese nombre al pie de la Torre, archivisitada desde su construcción, en 1889.