«El fichaje por el Barí§a fue una liberación para mí­»


David Villa, delantero español, se tomó unos dí­as de descanso tras participar en el Mundial de Sudáfrica 2010. FOTO LA HORA: AFP BERTRAND GUAY

Lo lógico hubiera sido que David Villa (Tuilla, 1981) llegara arrastrando los pies, porque cuando se gana un Mundial siempre hay prórroga. Le han bastado cuatro dí­as en Eurodisney con la familia y el aire de su Langreo para recargar pilas. No se cansa de contar decenas de jugadas, el clima de ese grupo humano, las anécdotas invisibles en aquel autobús del éxito donde, por ejemplo, un simple cubo sirvió de improvisado baño.


PREGUNTA. ¿Cómo está? ¿Le ha saltado la luz de reserva ya?

RESPUESTA. No, estoy bien, porque además aquí­ en mi tierra no me entreno y tengo tiempo para hacer de todo.

P. Viéndole en el Mundial todos pensamos que era de diseño lo que le estaba pasando.

R. Sí­, deportivamente sí­. Aunque siempre espero que lo mejor esté por llegar.

P. ¿Y qué está por llegar? Porque después de esto, ¿qué?

R. Pues a conseguir más cosas. Más tí­tulos colectivos, individuales, más goles, ganar la Liga, la Champions…

P. ¿Más aún? Sabe que es el jugador más mediático de la selección a nivel de prensa…

R. Pues será por el Mundial, por los goles en esos partidos decisivos. Portugal, Paraguay… Ganamos 1-0 y el gol fue mí­o.

P. Se ha escrito mucho de usted. Nos gustarí­a que hiciera una radiografí­a personal durante este Mundial.

R. Las sensaciones a partir de Suiza siempre fueron muy buenas. Siempre fuimos con la sensación de que podí­amos hacer algo grande. A los Mundiales siempre vas con la idea de ganar, pero esta vez sí­ que pensábamos que esa opción era real. Lo podí­amos hacer, a pesar de haber perdido contra Suiza. Esos tres o cuatro dí­as hasta el partido de Honduras fueron malos, pero las del dí­a de Chile fueron las dos horas previas a un partido peores de mi vida.

P. ¿Por qué?

R. Fue el partido más difí­cil. Con las condiciones que tení­amos, pese a ser superiores a Chile jugábamos en el alambre. Una expulsión, un penalti, un dí­a de mala suerte en que te meten un gol de rebote y no consigues marcar, cualquier cosa de ésas nos podí­a mandar de vuelta a España en la fase de grupos. Habrí­a sido la peor noticia para este paí­s a nivel futbolí­stico.

P. ¿Vio a otros con la misma tensión aquel dí­a?

R. Sí­, pero lo que más me gustó es que cuando empezó el partido nada de eso se notó. Ni en el calentamiento.

P. ¿Qué se dice en el vestuario en un momento así­?

R. Nada. Hay silencio. Cada uno está concentrado. Antes de los partidos cada uno se encierra individualmente. El viaje del hotel hasta el campo… Yo no he vivido tantos nervios en mi vida.

P. Se superó ese partido, y después, ¿dónde se gustó más?

R. El dí­a de Portugal. í‰se fue el partido. Cada vez que cogí­a la pelota y encaraba a un rival me sentí­a rápido, que me iba para un lado, para otro y el defensa no aguantaba.

P. Su padre es su vigilante más crí­tico. ¿Le llamaba después de cada partido?

R. Sí­, claro, siempre. Me criticó el penalti que fallé.

P. ¿Le sacudió?

R. Sí­, y no le gustó mucho que no tirara el penalti contra Paraguay. í‰l pensó que no me habí­a atrevido porque habí­a fallado antes. Ya le expliqué que Xabi querí­a tirarlo también y que por una cuestión de respeto le dejé tirar.

P. Si se hubiera llegado a los penalis con Holanda usted no hubiera lanzado. ¿Le sorprendió que Del Bosque le cambiara a 10 minutos del final?

R. No, para nada.Habí­a hecho un buen trabajo. Habí­amos estado los tres arriba peleándonos con los defensas durante todo el partido, habí­a cambios todaví­a y era normal. Estaba Fernando Torres fresco, aunque se lesionó, pero al final el cambio fue bueno.

P. ¿Han sido más impermeables que otras veces a las cosas que se decí­an de fuera?

R. Sí­, por lógica. Sobre todo los medios de otros paí­ses intentaron desestabilizarnos. Veí­an a España como una clara candidata al tí­tulo. El mí­ster nos apoyó, como cuando dijo que le gustarí­a ser Sergio Busquets. Fue tras Suiza, en plena oleada de crí­ticas hacia él. Al fin y al cabo ha hecho que Sergio fuera un jugador clave en el sistema de la selección.

P. También, por culpa de esas crí­ticas, tuvieron que darle palmadas a Iker…

R. Iker es un referente, el jugador más importante para todos nosotros. Cuando hay algún problema es en quien nos apoyamos. Pero está curtido en mil batallas y aunque todos hemos tratado de ayudarle individualmente, él podí­a con ello, no lo necesitaba.

P. Desde la atalaya del autobús ha vivido dos celebraciones, Eurocopa y Mundial. ¿En qué fueron distintas?

R. En la gente. El dí­a de la Eurocopa nos quedamos alucinados, pero el Mundial superó todo eso. El recorrido fue más largo, y en cada calle que entrábamos estaba absolutamente repleto de gente. Era incalculable, abrumador.

P. ¿Han hablado con Luis, les ha felicitado?

R. Sí­ claro, él estaba expuesto a tener que comentar el partido de España, también porque él quiso, pero sabí­amos que eso podí­a suceder porque tiene que comentar lo que ve en conciencia. í‰l era de los que más deseaban que fuéramos campeones, y si criticaba era porque tení­a que hablar del partido. Es su opinión. No le guardamos ningún rencor porque nos ha ayudado muchí­simo para lograr el tí­tulo. Sabemos que se alegra muchí­simo del éxito.

P. Patricia, su mujer, sabe muchí­simo de fútbol.

R. Le gusta. Es importante, no vital, pero para alguien que está siempre viendo fútbol, pues resulta una ayuda. Ella jugó hasta los 17 años. No llega a la fiebre de querer ver todos los partidos, pero le gusta. Era defensa, no la vi jugar demasiado, pero por lo que dice ella sí­ que era buena.

P.¿Y qué le dijo del gol que le marcó a Chile?

R. Lo mismo que todo el mundo, que por qué chuté de primera y con la zurda. Son décimas de segundo, y no lo piensas. Sinceramente, después de verlo por la tele, tení­a todo el tiempo del mundo para pararla y pensar. No sé ni explicar por qué decidí­ eso.

P. Hizo lo contrario que contra Paraguay, ahí­ le dio por controlar…

R. Exacto, estaba mucho más cerca y controlé. Lo importante es que ambas decisiones fueron las correctas.

P. ¿La celebración contra Chile también fue instintiva?

R. Espontánea, como vas viendo el balón, a ver si entra, te vas moviendo, atrás, atrás, hasta que es gol.

P. ¿Este Mundial ha sido una soberbia lección de humildad para el futbol Los cracks de relumbrón están mucho más morenos que usted.

R. Afortunadamente. Lo que más me sorprendió fueron las eliminaciones de Italia y Francia en primera ronda. Sobre todo la de los galos. Italia traí­a un equipo nuevo. Pero Francia traí­a futbolistas clave en sus equipos, que han estado en finales de Champions. Que en un grupo favorable hicieran lo que hicieron fue muy sorprendente.

P. Usted ha visto perder de cerca a Cristiano. ¿Cómo pierde?

R. Pues como todo el mundo. Es muy difí­cil saber perder en un Mundial, sobre todo cuando empiezas las eliminatorias. Cuando pierdes y la única revancha que te queda es hacer las maletas es complicado. Cristiano y todos los que fueron perdiendo vivieron una experiencia muy dura. A nosotros nos pasó contra Francia en Alemania. Estás con toda la ilusión del mundo y a las dos horas… A casa. A mí­ no me quedaron ganas de ver ningún partido más de aquel Mundial. No vi nada más.

P. ¿Tení­an la sensación de que si perdí­an la final contra Holanda el Mundial no habí­a servido de nada?

R. Sí­, totalmente. Algunos medios hicieron artí­culos que sinceramente se agradecen. Decí­an que serí­amos campeones aunque perdiésemos, o que pasara lo que pasara estaban orgullosos de nosotros. Era bonito, pero todos sabí­amos que si perdí­amos dejábamos pasar una ocasión única. De nada servirí­a todo lo que habí­amos hecho. Quién sabe qué va a ser de cada uno de nosotros dentro de cuatro años, si vamos a pelear por el tí­tulo o no. Muchos no estarán, o no estaremos. Era una oportunidad perdida.

P. ¿Fue el partido más largo de su vida?

R. Sí­. No el más angustioso, porque es bonito. Mucha gente decí­a que disfrutáramos de la final porque nunca habí­amos llegado, pero sólo disfrutamos cuando pitó el árbitro.

P. ¿Eso lo han comprendido ahora, que de un plumazo han mandado a tomar viento a Al Gandhour o a Tassotti?

R. Sí­, sobre todo al volver. Lo sabéis mejor que nosotros. Siempre se decí­a lo mismo, que si España tení­a muy buenos jugadores pero nunca pasaba de cuartos: que si los penaltis, que si el codazo de Tassotti… Todo eso se va a ir borrando de nuestra mente.

P. ¿Y sus familias cómo lo vivieron?

R. Increí­ble. Los vi porque estaban en una zona próxima. Cuando me acerqué, estaban todos llorando.

P. ¿Y usted lloró?

R. Dentro del vestuario a todos nos cayeron lágrimas. Sinceramente, me emocionó mucho ver a Iker llorando desde el gol de Iniesta hasta el pitido final. No paró. Pepe Reina estaba por la banda intentado consolarlo. Llegó hasta casi la porterí­a para hablar con él. Ver a jugadores como Xavi, como Iniesta, que lo han consegudio todo en el fútbol, o a Capdevila. Estaba llorando como un niño. No es que estuviera emocionado, estaba llorando como un bebé.

P. ¿Lo ha revivido en sueños?

R. Sí­, sí­. Con el partido, con las celebraciones, con los goles. Muchos compañeros, muchos amigos me dicen que siguen soñando

P. Durante el Mundial, ¿cuántos mensajes de Guardiola ha recibido?

R. Los generales que enviaba a Xavi y Puyol y que ellos nos trasnmití­an. Pero recibí­ muchí­simos antes del fichaje. Tanto para mí­ como para él creo que fue una liberación el que firmara por fin con el Barcelona.

P. ¿Qué espera aprender de él?

R. Tengo unas ganas enormes de entrenarme con Pep. No sólo por lo que representa sino también por lo que me han comentado todos los compañeros. Me dicen que es un entrenador que hace mejorar individual y colectivamente. Puyol me ha dicho una frase que voy a aprovechar para decirla, espero que no se cabree. Mira la trayectoria que tiene Puyol, pues me dijo que no ha tenido un entrenador como Guardiola en su vida.

P. ¿Espera alguna sorpresa?

R. No, se juega igual en la selección y en el Barí§a, un 4-3-3, y me siento cómodo en las tres posiciones del ataque. En otra más atrasada no creo que me vaya a poner.

P. Usted que se confiesa egoí­sta jugando, ¿sabe que a Pep no le gustan los chupones?

R. Sí­, pero cuando me confieso egoí­sta lo digo porque un delantero debe tener el gol en la cabeza siempre. Toda mi vida me he caracterizado por pensar antes en el equipo, pero sí­ es verdad que el delantero debe vivir el partido para marcar gol. Cuando juego, visualizo jugadas para irme y marcar.

P. ¿Vio el Inter-Barí§a?

R. Sí­, y son diferentes estilos de fútbol. A mí­ me gusta más el del Barí§a, el de la selección. La gente alaba al Inter, pero seguramente si se juegan 10 partidos como ése, el Barí§a gana nueve. í‰se lo ganó el Inter y fue campeón de Europa. Es fútbol.

P. ¿Se ha puesto ya el traje de la rivalidad Madrid-Barí§a?

R. De momento en la selección no porque no hay pique. Pero ya empezamos a decirnos cositas, sí­. Poder disputar un clásico es un privilegio para cualquiera.

P. ¿Qué espera de ese partido?

R. Una tensión enorme. Allí­ se puede decidir la Liga, como la temporada pasada, sin ir más lejor. Son partidos espectaculares, que suponen que todo esté pendiente de eso. Tengo unas ganas enormes de vivirlo.

P. ¿Mourinho es una motivación extra?

R. Hombre, yo sólo he estado un par de dí­as allí­. Pero sí­ que es una motivación extra para el Barí§a. Por todo lo que se vivió, especialmente el año pasado, con el entrenador portugués.

P. ¿Hubiera vivido con más presión en caso de firmar por el Real Madrid?

R. No lo creo, ni me lo planteo. Siempre fui muy sincero y estoy muy agradecido al Valencia. De verdad. Nunca me he hecho a la idea de estar en el Madrid o en el Barí§a. Sólo cuando firmé.

P. La Copa del Mundo les ha doctorado, a ustedes y a la afición. ¿Qué le pide?

R. Unión y olvidar para siempre los malos momentos. Hasta la Eurocopa, éramos masoquistas y pensábamos en Tassotti y Al Gandhour cuando hablabas de la selección. La mentalidad de la selección ahora es el gol de Iniesta o el penalti que paró Casillas, el mí­o a Portugal o el de Puyol a Alemania.

P. Y marcando un estilo.

R. La selección llevaba unos años así­, se ha conseguido un estilo. Habrá jugadores que se irán marchando, pero la gente que se irá incorporando se adaptará a esa forma de jugar. Hemos demostrado que la idea de fútbol es la buena, porque no sólo se juega bien, se consigue ser campeón del mundo.