El Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central de Brasil (BC) elevó ayer en 0,5 puntos porcentuales, de 10,25% a 10,75%, la tasa anual básica de interés (Selic), para prevenir una potencial alza inflacionaria, informó la institución.
«Evaluando la coyuntura macroeconómica y las perspectivas para la inflación, el Copom decidió, por unanimidad, elevar la tasa Selic para 10,75% al año», indicó una nota de prensa.
La decisión se adoptó «considerando el proceso de reducción de riesgos para el escenario inflacionario, que se configura desde la última reunión del Copom, y que se debe a la evolución reciente de factores domésticos y externos».
Se trata del tercer aumento consecutivo de la tasa y devuelve el indicador a los niveles de abril del año pasado.
El aumento anterior de la tasa Selic (una de las más elevadas del mundo) había sido el pasado 9 de junio, en 0,75%, pasando de 9,50% a 10,25%, cuando quebró la barrera de dos dígitos por primera vez desde junio de 2009.
El mercado estaba dividido: parte de los operadores y analistas proyectaban un alza de 0,5 puntos, mientras economistas de instituciones financieras esperaban 0,75%. Los analistas prevén que al final del 2010 la Selic llegue al 12%.
El alza no fue bien vista por sindicatos y gremiales empresariales.
Según el presidente interino de la poderosa Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp), Joí£o Guilherme Sabino, «Brasil no puede seguir entre los campeones mundiales de mayores tasas de interés».
Mientras el titular en ejercicio de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), Robson Andrade, la consideró innecesaria, la Federación de la Industria del estado de Rio de Janeiro (Firjan) expresó en un comunicado que el alza «es incompatible con la actual coyuntura».
Miguel Torres, presidente de la central Fuerza Sindical (FS), consideró que «la decisión del Copom es nefasta para el sector productivo brasileño».
El gobierno de Brasil quiere evitar una espiral inflacionaria, ante una economía que sigue demostrando fortaleza a diferencia de muchos países afectados por la crisis global desatada a fines de 2008.
En junio, la inflación cerró en cero, el menor nivel en cuatro años, tras fuertes aumentos al inicio del año y de 0,43% en mayo. El acumulado del primer semestre es 3,09% y el BC elevó recientemente su expectativa para 2010 a 5,4% (la meta oficial es 4,5%).
Además, se pretende mantener un crecimiento sin riesgos del Producto Interno Bruto (PIB), que cerró el primer trimestre con 2,7% en comparación con el último trimestre de 2009. Los analistas estiman que la economía crecería más de 7% en 2010.
Por ello el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, quiere poner freno a un aumento desmesurado de la demanda de bienes y servicios, que podría incidir negativamente en la trayectoria inflacionaria.