Mientras crece en Estados Unidos la política anti-inmigrante que promueven los republicanos en varios Estados de la Unión, esta mañana se conoció de la humanitaria solicitud presentada por el senador John Kerry, quien ayer envió una carta al presidente Barack Obama para solicitar, en su calidad de Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, la aprobación del estatus de protección temporal para los guatemaltecos.
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John Kerry, ex candidato presidencial del partido demócrata y uno de los más respetados miembros del Senado, explica a la Casa Blanca no sólo el efecto que tuvieron la tormenta Agatha y la erupción del volcán de Pacaya, lo que complicaría el retorno de los inmigrantes que se han dedicado por años a trabajar honesta y esforzadamente en Estados Unidos, sino que también menciona nuestro pasado de guerra y presente de pobreza e inseguridad. Una solicitud como la que ayer oficializó el Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado constituye, sin duda, el más importante espaldarazo que ha recibido la gestión para lograr el TPS para los guatemaltecos que residen en Estados Unidos. Y es que Kerry explica que como senador del estado de Massachusetts sabe de muchos guatemaltecos que viven allí trabajando por su propio bienestar y sirviendo a la comunidad. Todas esas personas sufrirían mucho si son enviados de regreso a su país en las condiciones actuales, dice el legislador. Ciudadanos de otros países han podido beneficiarse de ese estatus de protección temporal que impide su deportación por condiciones puramente humanitaria, generalmente relacionadas con desastres naturales. Los centroamericanos en general obtuvieron tales beneficios con las tormenta Mitch, pero el gobierno de Guatemala de la época, en un gesto de enorme arrogancia y desinterés por nuestros compatriotas viviendo en Estados Unidos, no hizo la gestión que al final terminó siendo prácticamente automática para los ciudadanos de los otros países de la región. Ahora Guatemala sufrió por dos fenómenos naturales que se produjeron de manera simultánea agravando las condiciones en el país que ya tiene consecuencias muy graves de una inequidad tremenda que se traduce en elevados niveles de pobreza y falta de oportunidad para la gente de menos recursos económicos. En ese contexto es que la solicitud del Senador Kerry tiene que verse como un apoyo enorme, de invaluables consecuencias, en beneficio de nuestros compatriotas que han emigrado por necesidad económica. Quienes viajan en esas condiciones adversas a buscar un mejor futuro no lo hacen por afición ni por gusto, sino por una tremenda y vital necesidad y la mayoría de nuestros paisanos han encontrado la forma de ganarse la vida con dignidad, mediante grandes sacrificios y esfuerzos, pero apostando al sueño de ofrecer a sus hijos un futuro digno que se les niega en el país de origen. Si en condiciones normales Guatemala es un país que no ofrece muchas oportunidades a la gente más pobre, cuánto más ahora que la tormenta y la erupción hicieron estragos en la economía y la infraestructura del país. Los migrantes guatemaltecos, que saben cuán difícil es abrirse camino en nuestro medio, y lo que tanto la tormenta como la erupción volcánica complican la situación históricamente difícil, promovieron la gestión de un TPS que en realidad debieron gozar desde mucho antes pero que les negó no una resolución de Estados Unidos, sino la soberbia del gobierno chapín. Y a diferencia de aquel gesto arrogante, ahora desde el Senado norteamericano uno de sus más respetados e influyentes miembros apoya a los guatemaltecos en un gesto que nunca terminaremos de agradecer.