Arqueología, aventura, cultura e interés comunitario son algunos de los aspectos que empresas turísticas guatemaltecas pretenden explotar en el parque arqueológico Cuatro Balam, el más antiguo de Mesoamérica, que posee la famosa pirámide La Danta, pero recibe pocas visitas.
Un proyecto de desarrollo turístico del área Cuatro Balam, departamento de Petén, 650 km al norte de la capital, es financiado por el Banco Interamericano para el Desarrollo, la fundación Patrimonio Cultural y Natural Maya y Global Heritage Fund, informó el consultor español Ricardo Rojas al presentar ayer este proyecto.
El Cuatro Balam es parte del sistema cultural y natural El Mirador, que posee las mayores ciudades antiguas del hemisferio occidental, así como una alta concentración de sitios arqueológicos del período clásico maya, del año 1.000 antes de Cristo al 250 de esta era.
En el parque se encuentra la pirámide La Danta, considerada la más grande de las construidas por los mayas, que tiene 300 metros de ancho por 600 de largo y una altura de más de 72 metros.
Rojas explicó que en la actualidad sólo unos 1.600 turistas visitan cada año este sitio arqueológico, anclado en el corazón de la selva de Petén y cuyo acceso demora cuatro días por tierra, pero se reduce a unos 30 minutos en helicóptero.
En El Mirador hay unas 4.000 pirámides, de las cuales 3.500 se encuentran en proceso de exploración.
Además, el 7 de marzo de 2009 un grupo de arqueólogos develó un friso construido unos 300 años antes de Cristo, lo que puso de manifiesto que el apogeo de los mayas fue antes de lo que creían los expertos.
El sitio carece de servicios básicos como energía y sanitarios, sistema para recoger residuos y lugares para el descanso o para acampar.
Rojas dijo que habrá que invertir en infraestructura, pero adaptada a las condiciones del lugar, donde existen cinco bosques tropicales y es santuario de 40 especies en peligro de extinción, de 200 aves nativas y migratorias, 300 especies de árboles y 2.000 diferentes formas de vida silvestre.
Para lograr ese objetivo, Rojas explicó que determinaron cuatro aspectos específicos para impulsar el desarrollo en esa «joya» turística descuidada y carente de recursos: naturaleza, cultural/arqueológico, aventura y entorno.
En la actualidad, por el sendero de El Mirador circulan unas 10 personas diarias, pero al invertir en infraestructura el número podría incrementarse a 233, auguró el consultor.
El proyecto divulgado este miércoles será sometido a una discusión en una mesa multisectorial de Petén para ser consensuado y entregado posteriormente al Instituto Guatemalteco de Turismo, agregó Rojas.
Entre tanto, el gobierno guatemalteco gestionará que la zona sea reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).