¡¿Autopista elevada?!


Ismael Gómez Sánchez, 0-16 54132, ismael1968@intelnett.com

Una autopista elevada conforme a la propuesta del señor í“scar Berger no es eficiente ni solidaria y es costosa. Los vehí­culos particulares por otro lado son ineficientes, transportan muchas veces a una sola persona y ocupan un área de por lo menos nueve metros cuadrados, lógica de niños.

Pensar inteligentemente serí­a orientar esa misma idea de autopista elevada para vehí­culos tipo bicicletas y motos, la infraestructura serí­a más barata, ocupa un metro cuadrado por persona, muchos pilotos de automóvil particular podrí­an cambiar su vehí­culo por una bicicleta para ir al trabajo porque ahora ya no habrí­a el riesgo de torear los vehí­culos. Las ventajas serí­an: mejor salud, más eficiencia, más barato, más solidario, más amigable al ambiente y sobre todo, el señor Presidente no derrocharí­a en métodos ineficientes de soluciones al tráfico y esos fondos podrí­an utilizarse para hacer carreteras para las comunidades olvidadas, que son muchas aún.