Al enterarme de la venida del presidente de los Estados Unidos de América, George W. Bush, acá a Guatemala, me surge una serie de interrogantes larga de enumerar, por ejemplo, qué poderoso resorte de impulso lo motivó venir a este pobre, olvidado y esquilmado país de Latinoamérica; aún con las venas abiertas y sangrantes desde el tiempo de la «Guerra fría», en donde Estados Unidos tiene una gran cuota de participación en estos criminales actos de genocidio, al haberles brindado «las tetas a los militares», para que mamaran toda la orientación de métodos y procedimientos de una guerra sucia que hizo vivenciar amargamente a la mayor parte de la población indígena, un apocalipsis.
Otra interrogante que surge a mi mente es, será que los grandes cambios políticos económicos que se están generando en Sudamérica, como en los países de Venezuela, Bolivia, Chile y otros; que desde cualquier punto de vista que se vea este fenómeno, va en detrimento de los intereses del país del Norte, y a esto se deba la presencia de Mr. Bush en nuestra tierra; porque hay que hacer notar, que estos pueblos latinoamericanos, paulatinamente, han ido rompiendo el cordón umbilical que los ha unido al «Tío Sam», por muchos gravosos años; vislumbrándose en el horizonte latino, la soñada, deseada y necesitada «AUTODETERMINACIí“N DE LOS PUEBLOS», muy saludable y conveniente para el desarrollo auténtico de éstos, los cuales se oxigenarían en una comunidad latinoamericana, lo que haría sonreír a un Ernesto Che Guevara o un Simón Bolívar, en la lejanía del tiempo y el espacio.
Los cambios de visión política en este continente han favorecido a Centroamérica, con la llegada de Daniel Ortega a la presidencia, como total rechazo de parte del pueblo de Nicaragua, contra una derecha recalcitrante, la cual sólo ha favorecido a la minoría acaudalada de ese golpeado país; mientras a la par implementaba políticas antipopulares, que provocó que se avivara la chispa revolucionaria que yace en el corazón de los nicaragí¼enses, cansados de tanto engaño y atropello a su dignidad de persona. Aquí es donde me surge otra interrogante, será que por el hecho de haberles rayado el alba de cambio político económico en Nicaragua haya motivado a Mr. Bush venir a visitar Guatemala por ser vecinos de éste, que por cierto tiene en su haber como material de guerra, muchos misiles rusos; a esto surge otra interrogante, no se estará pensando sentar algunas bases militares estadounidenses, so pretexto de ayuda humanitaria a nuestro país, o construir alguna cárcel tipo Guantánamo en Centroamérica a espaldas del Mundo… quien sabe.
Desde que Mr. Bush dejó de ver obsesionado hacia Irak, y volteó su macabro rostro guerrerista dirigido a Centroamérica, ha empezado a bullir en mi mente una serie de interrogantes y pensamientos de reflexión, como toda persona que tiene tres dedos de frente ante una amarga realidad que hemos vivido los guatemaltecos en los tiempos de la «Guerra fría», lo cual dejó nefastas consecuencias en muchas familias guatemaltecas, durante más de treinta años de lucha fratricida.
Los Acuerdos de Paz se mantienen todavía atados a la letra muerta, porque la garantía de la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y desarrollo integral de la persona, no hace su asomo al escenario guatemalteco ni por sueño, ante los fuertes tentáculos del clima de violencia que nos atosiga en nuestra tierra.
Ojalá que la visita de Mr. Bush sólo apunte hacia el norte de lo que él manifestó: «Que solamente viene a vivenciar la diversidad cultural de nuestro país», y que no nos vaya a dejar la cajita de Pandora de sus elucubraciones políticas que nos afecte como guatemaltecos.