Prensa holandesa se contagia de la «fiebre naranja»


Con «Â¡Oranje Ole!!!» en un titular y un fotomontaje del holandés Mark van Bommel con la camiseta de su selección y pantalones de torero, el diario neerlandés De Telegraaf deseaba este sábado a su manera buena suerte a la «Naranja Mecánica» para la final del Mundial-2010.


«Los Oranje están preparados para la final y la victoria», mantuvo De Telegraaf, según el cual los hombres del seleccionador Bert van Marwijk están «en plena forma y armados hasta los dientes» para superar a los españoles.

«Â¡Success!» («Buena suerte», en holandés), tituló por su parte en su primera página AD, el otro diario popular de Holanda, por encima de las fotos de los «once» jugadores de la selección nacional neerlandesa.

«Estos son los hombres que deben lograrlo. Toda Holanda estará mañana detrás de los «Oranje» durante la final contra España. ¡Buena suerte, chicos!», señaló el pie de foto.

AD dedicó dos páginas al centrocampista y máximo goleador del Mundial (empatado a cinco tantos con David Villa), Wesley Sneijder, «el héroe futbolí­stico del paí­s», después de haberse entrevistado con la abuela del jugador del Inter de Milán.

Thiele, de 76 años, afirmó que no entiende nada de fútbol. «Se pisan los unos a los otros como brutos», dijo, pero posa en su sofá con una boa de vestir naranja alrededor del cuello y con una foto tamaño natural del jugador estrella de «La Naranja Mecánica».

Según el diario cristiano Trouw, un 60% de los holandeses esperan que la «Oranje» gane mañana por primera vez en su historia un Mundial.

En todo del paí­s, las «plazas naranjas», el color nacional, disponen de pantallas gigantes sobre las que ver la retransmisión de la final, mientras que, según Trouw, sólo un 8% de los neerlandeses dicen que no siguen los resultados de la competición planetaria.

La «fiebre naranja», que no cesa de subir en Holanda, es una «terapia colectiva», analizó el psicólogo Jaap van Ginneken en De Telegraaf.

«Es bueno para todo, hasta para la moral de los consumidores, y eso abarata una visita al psicólogo», sostuvo.

Se trata de una «compensación», según Van Ginneken. «Vivimos en una sociedad muy individualista en la que cada uno va a lo suyo. (El fútbol) atrae porque algo ha desaparecido, el estar juntos con los otros», afirmó.

Muchas embajadas de Holanda, entre otros edificios, se van a convertir en «casas naranjas» para la final y estarán listas para recibir a holandeses y extranjeros hinchas de la «Oranje», anunció el ministro de Asuntos Exteriores del paí­s.

Una de las principales empresas de pizzas a domicilio anunció que no trabajará el domingo por la noche. «Nuestros repartidores no quieren perderse la final. Preferirí­an ser despedidos a no verla», explicó el director de la empresa a AD.

Unos fuegos artificiales está previstos para el domingo por la noche, desde que se dé el pitido final del Holanda-España, en la estación balnearia de Scheveningen, cerca de La Haya.