POR ANTONIO CEREZO
La actividad en el edificio es descomunal. No es para menos. El señor Ministro de Economía va a ser interpelado por los flamantes «Padres de la Patria» y éste, ni lerdo ni perezoso, ha puesto a trabajar a todo su equipo. Las preguntas llegan como una lluvia intensa que moja a todos los directores, jefes, técnicos, asesores y a todo el personal de apoyo como secretarias, conserjes, pilotos, etc., que con su ir y venir forman un barullo impresionante en la oficina.
La solicitud de información llega directamente del Ministro, sus secretarias, viceministros, asesores estrella, y de las personas allegadas a este grupo que están «colaborando» con la buena preparación del funcionario. Los datos se requieren indistintamente a todas las direcciones y departamentos del Ministerio, por lo que la confusión es impresionante. Todos trabajan en lo mismo y cada uno recaba cifras diferentes, opinan de distinta manera, en fin, un desastre.
Los asesores estrella suben y bajan por los elevadores y las gradas del edificio, requiriendo resultados rápidos a sus solicitudes y, con su intelecto, pretenden compatibilizar las opiniones de todos los colaboradores. Sólo logran formar un verdadero «maremágnum» cuya amenaza se cierne como una bomba sobre el señor Ministro.
Las preguntas -porque los «Padres de la Patria» las envían con 48 horas de anticipación- están en los escritorios de al menos 40 personas que se pelean por responderlas. Los resultados, como ya se dijo, no son del todo uniformes y crean gran confusión sobre todo al llegar a manos de los asesores estrella, quienes se encargan de hacer el mayor embrollo posible. Por ejemplo, a la pregunta de «Â¿qué implicaciones económicas se tendrán con el incremento del 2% al IVA?», se reciben respuestas como encarecimiento veloz de los bienes esenciales, enriquecimiento de comerciantes, aumento de precios en bares y restaurantes, cobro desmedido e inaudito de las señoritas dedicadas al placer sexual, en virtud de que los «Kotex», preservativos, consoladores y otras vainas por el estilo, subirán de precio. Esto provocará, a entender de los asesores estrella, un incremento del sexo manual con el consiguiente desgaste de este sector tan importante de la economía y el desempleo de innumerables muchachas.
El señor Ministro, ya en plena interpelación, responde a los flamantes «Padres de la Patria», de la siguiente manera: «el incremento del 2% al IVA, adecuadamente aprobado por el honorable Congreso de la República, no sólo provocará una escalada de precios de los artículos de la canasta básica, sino además el desempleo de ménades, la baja en la venta de enseres sexuales y, sobre todo, el sexo manual de la juventud que, con estas prácticas, se verá alejada de la verdad sexual recomendada por Dios. Como ustedes saben, alejarse de Dios implica ausentarse de las iglesias y entonces, ¿de qué va a comer toda esa gente?, la debacle económica del país será impresionante porque, ¿qué haremos con tantos pastores desempleados?, ¿con todos los curas sin iglesia? ¿Se imaginan ustedes al pobre Papa ayudando a todos los sacerdotes a sobrevivir y llevar con estoicismo esa tragedia? Y los fieles, esos miles de miles de personas dedicadas al sexo manual, dejarán en la calle a las «señoritas» de la buena vida»… No lo dejan terminar. Le exigen respuestas concretas que, según sus asesores estrella, él no debe dar so pena que le pregunten otras tantas cosas para las que no está preparado.
Cuando le preguntan sobre la compra del edificio de los 29 millones de quetzales, responde basado en los sabios consejos de los asesores estrella que «la compra de ese recinto es imprescindible para el logro del programa de trabajo que el gobierno se ha trazado; la gente, mis subalternos, no pueden trabajar hacinados en el edificio que actualmente tenemos. Ustedes saben que ha habido necesidad de contratar personal del Partido y no porque sean de nuestra misma ideología política, sino porque las actividades que desarrollamos, el programa a implementar, es sumamente intenso. Y ya no cabemos en el edificio actual a pesar de que se ha remodelado al módico costo de cinco millones de quetzales. Saben ustedes que la gente no podía trabajar a gusto en esos vetustos escritorios que tenía y se hizo necesario modernizarse.
Por eso les hemos hecho escritorios pequeños e incómodos, pero bonitos, para trabajar sin acumulación de papeles, con suficiente luz para que provoque un calor insoportable que ya vendrá a mitigar el aire acondicionado cuando en año y medio lo pongamos a funcionar. En fin, para generar un poco de más espacio que permita a lo mejor otras contrataciones de funcionarios de nuestro glorioso Partido, se ha adquirido al módico precio de 29 millones de quetzales el edificio de la zona 4, por el que ustedes con todo derecho preguntan, para alojar ahí a dos departamentos del Ministerio de Economía que necesitan cierta independencia… Los «Padres de la Patria» interrumpen el elocuente discurso, exigiendo también respuestas concretas y preguntan que por qué no se hizo el pago en tres tantos como estaba contemplado, sino en uno solo, a lo que el Señor Ministro responde que ésa es una muestra de la solvencia del Ministerio a su cargo y del país en general, dada la alta capacidad de los funcionarios a cargo…
Los «Padres de la Patria», dadas las respuestas altisonantes del Señor Ministro, deciden suspender la interpelación hasta una mejor ocasión, por lo que indican a la bancada interpelante que nadie, sino sólo su Presidente, puede hacer las preguntas correspondientes, a lo que éstos responden retirándose del hemiciclo. El señor Ministro vuelve a su Ministerio acompañado de viceministros, asesores estrella y allegados, a comentar lo atinado que estuvo en la interpelación, lo bien que ha respondido a las ingenuas preguntas de los diputados y lamenta que las 23 preguntas restantes, cuyas respuestas tanto esfuerzo costó a todo el eficiente equipo de trabajo, hayan quedado en «el tintero» por la ineptitud de los «Padres de la Patria», que no saben asumir su responsabilidad.