Incertidumbre a la espera de liberación de presos polí­ticos


Disidentes cubanos se toman de las manos en oración para pedir por la vida de Guillermo Fariñas, frente al hospital en el que fue recluido, en Santa Clara, Cuba, tras abandonar una huelga de hambre de 135 dí­as. FOTO LA HORA: AFP RIGOBERTO DIAZ

Angustiados y listos para emigrar a España, familiares de cinco presos polí­ticos cubanos esperan hoy que el Gobierno de Raúl Castro excarcele en breve a los opositores, primera fase de un compromiso de liberación de 52 prisioneros que logró la mediación de la Iglesia.


«No pude dormir anoche entre la espera y las preocupaciones. Aún no tenemos noticia. Mi esposo llamó y me dijo que estamos en una incertidumbre. Quizás nos den una sorpresa en las próximas horas. Yo tengo todo listo: dos mudas de ropa y fotos de la familia», dijo a AFP Oleydis Garcí­a, casada con Pablo Pacheco, de 40 años y condenado a 20 años, por teléfono desde la central Ciego de ívila.

Su esposo fue avisado por el cardenal cubano Jaime Ortega que es uno de los cinco opositores que en las «próximas horas» saldrán de la cárcel, primer paso del compromiso -anunciado el jueves- que seguirá con la excarcelación de 47 en un máximo de cuatro meses.

«Agentes de la Seguridad del Estado me dieron la información. Solo me dijeron que mantuviera la calma, no me han dicho en qué momento, si va a venir a la casa o nos vamos a encontrar en el aeropuerto», expresó desde la oriental Santiago de Cuba Lisandra Laffita, esposa de Luis Milán, de 40 años y sentenciado a 13 años.

Los 52 opositores quedaban presos de 75 condenados en 2003 a penas de 6 a 28 años, y su liberación -la mayor en una década- será fruto del inédito diálogo instalado por el presidente Raúl Castro y Ortega el 19 de mayo.

Ante el compromiso oficial, Guillermo Fariñas, sicólogo y periodista opositor de 48 años, abandonó el jueves una huelga de hambre y sed que mantení­a desde hací­a 135 dí­as para exigir la excarcelación de los 25 presos más enfermos.

Internado en el hospital de la central ciudad de Santa Clara, comenzó una lenta recuperación que llevará meses, aún en un riesgo de muerte por la persistencia de un coágulo en la yugular.

«Sigue grave, hasta que no desaparezca el trombo, no desaparece el peligro de muerte», comentó a AFP su médico Ismely Iglesias, quien precisó que el opositor bebió agua el jueves y comenzó este viernes a ingerir jugos.

En declaraciones a la radio nacional de España, Fariñas dijo ser el «primer sorprendido» de las liberaciones prometidas, y opinó que «hay que dar un margen de credibilidad al gobierno».

No obstante, en un comunicado, este beligerante opositor, que en 15 años hizo 23 huelgas de hambre, dejó entrever la posibilidad de retomar la protesta si el compromiso es incumplido.

El activista de derechos humanos disidente, Elizardo Sánchez, calificó de «buena noticia» que la cifra de presos baje de 167 a un centenar, pero se dijo escéptico de un cambio en la situación del paí­s.

«Hay dulces para todos, el Gobierno, la comunidad internacional, los presos, las familias, el clima polí­tico se distiende, pero el sistema va a seguir como antes», declaró a la AFP.

El anuncio oficial fue saludado por la Unión Europea, Estados Unidos y organismos de derechos humanos que criticaron enérgicamente a Cuba por la muerte en febrero del preso opositor Orlando Zapata tras 85 dí­as de huelga de hambre.

José Luis Garcí­a, de 45 años y condenado a 24 años, tiene a su familia en Estados Unidos, pero viajará en principio a España. «Me llamó de prisión. Está bastante nervioso, muy ansioso, esperando, animado», comentó su madre Moralinda Paneque, desde la oriental ciudad de Las Tunas.

Según el cardenal, la emigración es «una propuesta» y no un «destierro» como teme un sector de la oposición, mientras que Madrid está dispuesto a recibir a los 52, cuya excarcelación fue anunciada en la visita del canciller español Miguel Angel Moratinos, acompañante del diálogo.

Algunos presos muy enfermos desean viajar a España a tratamiento médico, pero regresar, comentó Sánchez, quien calculó en una veintena los no dispuestos a dejar la isla.

Según Moratinos, Raúl Castro garantizó que los excarcelados podrán volver con un permiso especial y no perderán sus propiedades en Cuba, lo que ocurre con quienes emigran.