La selección holandesa brilla gracias a sus estrellas Wesley Sneijder y Arjen Robben, pero también tiene a su malo de la película: Mark van Bommel, cuya misión es romper el juego rival en el medio del campo y que sólo fue amonestado una vez en el Mundial, por protestar.
«La gran segadora», «mal bicho», incluso «tipo sucio» son algunos de los epítetos poco halagí¼eños que acompañan al jugador, de 33 años de edad, desde sus comienzos a nivel profesional, hace 15 temporadas en el Fortuna Sittard.
El domingo, en la final de Mundial sudafricano ante España, el centrocampista tratará de impedir que Xavi y los suyos consigan elaborar el juego habitual de la «Roja», que privó a Alemania de balón en el partido de semifinales el pasado miércoles.
A Van Bommel su mala fama parece no preocuparle, es más, hasta parece gustarle.
«Sí, yo hago el trabajo sucio, ¿y, qué? Un equipo de fútbol no puede estar integrado por once bailarinas», declaró durante el Mundial, en el que sólo vio una tarjeta amarilla pese a multiplicar las faltas.
Con su agresividad, la influencia que puede ejercer sobre los árbitros, su visión del juego y su furor por ganar es, al igual que en su club, el Bayern Múnich alemán, donde su compatriota Louis van Gaal le ha otorgado el estatuto de líder, una pieza clave en la casa «Oranje».
Acusado por sus detractores de «jugar al límite», Van Bommel acepta: «sí, juego al límite, pero intento no pasarlo».
Sin lugar a dudas, todo un gran especialista en el arte de la «falta justificada», y para esquivar tarjetas como lo demostró en Sudáfrica, donde sólo fue amonestado en semifinales contra Uruguay… por protestar.
Jugador de temperamento, quien a veces se desubica, dedicando gestos al público que lo hacen impopular, también es famoso por su carácter duro fuera de la cancha.
Durante la Eurocopa-2008 se mostró disconforme con las decisiones tácticas del entonces seleccionador Marco van Basten, y siempre se lo hizo saber con todas sus consecuencias.
«Sí, enfrenté a Van Basten. Yo no estaba de acuerdo con muchas de sus decisiones, al igual que otros jugadores pero que habían decidido no contestar abiertamente su autoridad», explica el ex jugador del PSV Eindhoven (1999-2005) y del FC Barcelona (2005-2006).
Van Bommel tiene otra particularidad. Es el suegro del entrenador holandés Bert van Marwijk.
Ambos se han puesto de acuerdo en algo: «jugar bien está bien, ganar trofeos aún mejor». Parece lógico para un jugador de 33 años, quien quema sus últimos cartuchos a nivel internacional.