Una bolsa solidaria es mucho más que un paquete de comida. Es, a criterio de expertos y políticos, parte de una estrategia electoral encubierta del Gobierno para hacerse de votos en las próximas elecciones. Sin embargo, son los recursos públicos los que se están utilizando a favor del partido político oficial y ello, según legisladores y activistas, deslegitima un proceso electoral democrático.
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La fotocopia de cédula, la boleta de empadronamiento y la constancia de afiliación al partido oficial (Unidad Nacional de la Esperanza) son los requisitos que se requieren a los vecinos de barrios pobres al momento de entregar la «Bolsa Solidaria», según lo constató La Hora, en una investigación de campo. La cédula permite a la organización de barrio constatar si la persona está empadronada y también si está afiliada al partido oficial. La gente sabe que eso se convierte, al final, en requisito indispensable para aparecer en los listados de beneficiarios.
Pero tales exigencias no son sólo parte de la seguridad y control del programa; es una rutina electoral, pues detrás de la subvención «solidaria» se esconde una estrategia política de cara a las Elecciones Generales del próximo año.
El paquete de comida, que se distribuye como parte del proyecto del mismo nombre por el Consejo de Cohesión Social, es una de las herramientas más útiles que tiene la UNE para conseguir electores en las áreas urbanas, en donde hasta hace cuatros años, el control lo mantenía la oposición.
Pero además del voto a favor del oficialismo, la entrega de la bolsa solidaria es, de alguna manera, condicionada al cumplimiento de más requisitos de parte de los beneficiados, entre ellos destaca el acompañamiento a las manifestaciones que se realizan en favor del Gobierno, esto según lo manifestado por una beneficiaria de Tierra Nueva II.
LOS REQUISITOS
Este vespertino consultó a beneficiarios del programa sobre los requisitos solicitados para obtener la ayuda; los entrevistados, debido al temor de perder el beneficio, no quisieron proporcionar su nombre, pero accedieron a explicar lo que deben hacer para ser beneficiarios de una «bolsa solidaria».
En la colonia Tierra Nueva II, de la zona 11 de Mixco, se consultó a una de las beneficiaras, ama de casa, quien indicó que para obtener los alimentos le solicitaron su nombre, número de cédula, dirección y número de hijos, aunque su empadronamiento y su afiliación también fueron consultados.
Además, señala que como parte de los compromisos que se adquieren al obtener el beneficio se debe asistir a reuniones mensuales y, en caso de ser necesario, acompañar movimientos en que se requiera apoyo al Gobierno.
Esto es corroborado por la diputada Nineth Montenegro, quien ha fiscalizado los programas de Cohesión Social, al punto que asegura que cuenta con pruebas para confirmar que sólo se beneficia a familias con integrantes empadronados para votar.
Esta situación es, según la parlamentaria, similar al clientelismo que genera Mi Familia Progresa que, aunque beneficia a las familias tiene un trasfondo y una estrategia electoral oculta, con la que se deslegitima la sana competencia partidaria en las Elecciones.
Esto se confirma con la versión de una beneficiaria del programa, que vive en San Cristóbal y que indicó que las coordinadoras de cada lugar han iniciado con la recolección de firmas para «asegurar la continuidad de los programas» con el apoyo a la candidatura presidencial de Sandra Torres, esposa del presidente ílvaro Colom.
¿ENCUBIERTO?
A criterio del ex presidenciable, Alejandro Giammattei, la estrategia electoral de la UNE con los programas sociales dejó de ser un plan encubierto. «Todos nos damos cuenta cómo compran votos con dinero y comida».
«A todas luces, la bolsa solidaria es un ejemplo del uso de los recursos del Estado en funciones eminentemente electoreras, que vienen a dar la pauta a pensar que el próximo año habrá una competencia política desleal», refirió el entrevistado.
No obstante, Giammattei sostiene que por el uso inadecuado de los recursos públicos, la actual administración de Gobierno tendrá que enfrentar a una serie de acciones legales cuando deje el poder.
«Se van quedar en evidencia, incluso los políticos de altas esferas del poder que están involucrados en hechos anómalos, la manipulación y el fraude electoral», aseguró.
Por su lado, el diputado del Partido Patriota (PP), Alejandro Sinibaldi, explicó que, en el cargo de coordinador del PP para el área metropolitana, ha constatado el uso electoral del programa «Bolsa Solidaria».
«Todos los fines de semana me encuentro con personas que me dicen que se les amenaza con suspender la ayuda social si no apoyan electoralmente al partido oficial», señaló el legislador.
«Es algo muy serio, porque al final (los gobernantes) están lucrando con la pobreza, pero yo estoy convencido de que los guatemaltecos entienden esta estrategia de manipulación y que eso no va decidir la elección», señaló.
FALTA DE RESPETO
Mauro Verzeletti, de la Pastoral de Movilidad Humana, señala que cuando se da apoyo humanitario y solidario y, sobre todo ahora, luego de Agatha, dicha ayuda no puede ser utilizada en forma de proselitismo. De ser así, señala el sacerdote, «se falta el respeto y al compromiso de Gobierno de tener ese servicio humanitario que Guatemala necesita».
Además, dice Verzeletti, el programa debe complementarse con un proyecto que avance hacia el cambio de estructuras sociales, procurando dar a las familias pobres las herramientas necesarias para que puedan vivir dignamente.
Por su parte, Abisaías Gómez, de la organización Plataforma Agraria, indica que la sola repartición de la bolsa de alimentos no permitirá que se superen las dificultades por las que atraviesan las personas. Además, indica, el Estado deberá velar porque exista un complemento del programa.
También, dice, la cantidad de libras de los granos básicos debería darse en relación con la cantidad de miembros de la familia beneficiada y contemplar la posibilidad de agregar verduras en este beneficio.
EL QUE CALLA…
Este vespertino intentó contactar a Edgar Rosales, portavoz del Consejo de Cohesión Social, para conocer la reacción oficial ante los señalamientos de los beneficiarios de la bolsa solidaria, quienes manifestaron que para recibir los alimentos se les pidió una serie de requisitos como una fotocopia de su cédula de vecindad y constancia de empadronamiento, y en algunos casos, la constancia de afiliación a la Unidad Nacional de la Esperanza.
Los esfuerzos para conseguir la versión de Rosales fueron repetidos. Se llamó en cinco oportunidades a su móvil, pero no respondió.
El programa de bolsa solidaria inició de manera formal el 30 de junio de 2008; su objetivo es reducir el alto riesgo de inseguridad alimentaria de familias en situación de pobreza y pobreza extrema.
Pertenece, de manera administrativa y financieramente, a la subsecretaría de Protección, Abrigo y Rehabilitación Familiar de la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia.
Mensualmente se reparte una bolsa de alimentos a cada familia cuyos miembros, a cambio de la ayuda, deben asistir a capacitaciones en temas que le competen a la comunidad y ayudan en su desarrollo y que se efectúan una vez al mes.
Según la página oficial del programa de Bolsas Solidarias (www.bolsasolidaria.org), actualmente se atienden 367 asentamientos del departamento de Guatemala en las zonas 1, 3, 5, 6, 7, 10, 12, 13, 14, 15, 17, 18, 21, 24, 25, San Pedro Ayampuc, Chinautla, Villa Nueva, Pinos en Palín y Jardines de San Juan Sacatepéquez.
Hasta ahora 50 mil 476 familias reciben la ayuda y se tiene una programación para octubre, noviembre y diciembre de este año para proporcionar 50 mil bolsas mensuales a los beneficiarios del programa, que son familias que viven en áreas de alto riesgo, personas minusválidas, viudas y adultos mayores.
De manera constante, se ha efectuado una fiscalización sobre los programas que son desarrollados bajo la coordinación del Consejo de Cohesión Social, incluyendo la Bolsa Solidaria.
Al ingresar al link de información pública en el sitio web del programa, se presentan las opciones sobre la información que se puede conocer; Acuerdos sobre Bolsa Solidaria, estructura orgánica, dirección y teléfonos, directorio de empleados, salarios y puestos, misión y objetivos, manuales de procedimientos, informe de ejecución presupuestaria y listado de beneficiarios.
Sin embargo, al ingresar a estos enlaces, se lee el texto «la página a la que intentas acceder no existe. Por favor, selecciona una página del menú principal», por lo que no es posible conocer la cantidad de empleados que laboran para el programa, ni sus salarios, entre otros datos.
Al acceder al enlace que sí presenta información sobre la ejecución presupuestaria, se da a conocer cuál es el monto asignado para la labor, no así la manera en que este dinero ha sido utilizado y el porcentaje que ha sido ejecutado.
Además, lo criticable de parte de la parlamentaria Montenegro, es que no se realiza una licitación para la compra de los alimentos, por lo que esto no contribuye a la transparencia.
Sobre esto, Verzeletti señala que esa transparencia debe hacerse según el criterio y la conciencia de quien hace el trabajo humanitario.
«Todo proyecto de Estado debe ser transparente y se debe informar a la población cómo se está invirtiendo el recurso económico, si esto es usado para proselitismo se traiciona a la patria», finaliza el sacerdote.
La bolsa solidaria que se reparte de manera mensual contiene los siguientes alimentos:
10 libras de arroz
10 libras de frijol
5 libras de harina de maíz
5 libras de atol nutricional
½ galón de aceite de cocina