Sanciones afectarán programa nuclear


Irán reconoció hoy, por primera vez, que las nuevas sanciones internacionales podrí­an frenar su polémico programa nuclear, incluido el enriquecimiento de uranio, pero aseguró que no lo detendrán.


Así­ lo afirmó Alí­ Akbar Salehi, jefe de la Organización Iraní­ de la Energí­a Atómica (OIEA) durante una visita a la ciudad portuaria de Bucher (centro), donde la central nuclear construida por los rusos entrará en servicio este año, con muchí­simo retraso.

«No se puede decir que las sanciones no tengan efecto», declaró ante los periodistas Salehi, citado por la agencia Isna.

«Las sanciones tienen por objetivo impedir las actividades nucleares de Irán, pero decimos que estas sanciones podrí­an frenar el trabajo pero no detenerlo. Eso seguro», dijo.

La comunidad internacional, con Estados Unidos e Israel a la cabeza, sospecha que Irán desarrolla un programa nuclear con fines militares, pese a los reiterados desmentidos de la República Islámica.

Hasta hoy los responsables iraní­es afirmaban que las sanciones no afectarí­an al programa. El presidente Mahmud Ahmadinejad consideró que las nuevas sanciones de la ONU no tení­an valor alguno, y «ningún efecto para Irán».

El 9 de junio, el Consejo de Seguridad de la ONU votó una cuarta tanda de sanciones financieras y militares contra Irán por negarse a suspender sus actividades nucleares más polémicas, sobre todo el enriquecimiento de uranio.

A estas sanciones les siguieron otras impuestas unilateralmente por Estados Unidos y la Unión Europea (UE).

El presidente estadounidense Barack Obama promulgó el 1 de julio una serie de sanciones contra Irán, las más duras impuestas hasta la fecha por Washington. Estas medidas tienen como fin dificultar el abastecimiento de gasolina, queroseno y otros productos refinados de Irán, que carece de suficiente capacidad de refinado.

Y el martes Obama, tras reunirse con el primer ministro israelí­ Benjamin Netanyahu, insistió en su voluntad de mantener a Teherán bajo presión.

La UE decidió por su parte adoptar sanciones cuyo objetivo último es prohibir las nuevas inversiones, las transferencias de tecnologí­as, de equipamientos y de servicios en el sector energético, en particular con todo lo relacionado con las técnicas de refinado del petróleo y de licuefacción del gas.

Salehi, uno entre tantos vicepresidentes iraní­es, afirmó que las sanciones no afectarí­an al trabajo en las centrales nucleares como la de Bucher, pero podrí­an tener un impacto sobre el enriquecimiento de uranio.

«La planta de Bucher no se ve (afectada) y los responsables rusos siempre dijeron que las sanciones no tení­an como blanco este lugar», declaró.

Pero «en cuanto al tema del enriquecimiento, podremos tener problemas con algunos equipamientos como los instrumentos de medida», admitió, pese a confiar en que Irán pueda fabricar en su territorio el material que no pueda importar.

La comunidad internacional dice querer, a través de estas presiones suplementarias, incitar a los dirigentes iraní­es a negociar una solución a la crisis nuclear.

El martes, Irán se declaró dispuesto a reanudar en septiembre las negociaciones con las grandes potencias con la condición de que se definan de antemano los objetivos del diálogo.

Salehi adelantó, por otro lado, que la central de Bucher entrará en funcionamiento en septiembre. «La espera de 37 años para lanzar la central de Bucher tocó a su fin (…) Asistiremos a su lanzamiento en Shahrivar (septiembre)».