La reina Isabel lanzó un llamado por la paz mundial


La reina Isabel de Inglaterra lanzó este martes en la ONU un llamado a la paz en el mundo, durante la tercera visita a Nueva York de su reinado.


La monarca de 84 años, que habí­a estado en Manhattan por última vez en 1976, lucí­a un traje blanco, azul y beige además de un sombrero a tono, y llegó a la ONU acompañada por su esposo, el prí­ncipe Felipe.

La reina pronunció luego un discurso y recordó que habí­a estado en el mismo foro en 1957, cuando las Naciones Unidas apenas habí­an nacido.

Tras elogiar los logros «notables» de la ONU desde entonces, dijo que «la paz es la forma más difí­cil de liderazgo».

Nuevos desafí­os de «terrorismo» y «cambio climático» se suman a las tareas que sigue teniendo por delante el organismo mundial, agregó.

«Cuando dentro de 53 años la gente mire hacia atrás, considerará sin duda muchas cosas como pasadas de moda. Pero espero que cuando nos juzguen las generaciones futuras, nuestra voluntad de liderar soportará el paso del tiempo». añadió.

En 1957 la reina Isabel habí­a estado en la ONU como monarca de 16 Estados y jefe del Commonwealth.

Tras su visita a la ONU, se trasladó a la «zona cero» donde ocurrieron los atentados del 11 de setiembre de 2001 para rendir homenaje a las casi 3.000 ví­ctimas y reunirse con algunos de sus parientes, representantes de la policí­a y bomberos que participaron en los operativos de socorro.

Antes de emprender el regreso a Londres, la reina debí­a además inaugurar un pequeño jardí­n a la memoria de las 67 ví­ctimas británicas de los atentados en el distrito financiero de la ciudad.

Nueva York está acostumbrada a la visita de jefes de Estado extranjeros, pero la visita de la reina fue una novedad que cambió la rutina de un caluroso dí­a veraniego, con temperaturas cercanas a los 38 grados.

El tabloide Daily News publicó consejos sobre la etiqueta real, instruyendo a sus lectores a no inclinarse si se topaban con la reina, dado que no son sus súbditos, pero tampoco pretender «chocar cinco» con la monarca.

Los lectores también recibieron el consejo de evitar el tema de Sarah Ferguson, ex esposa del prí­ncipe Andrew que fue sorprendida intentando vender acceso a su ex marido a cambio de dinero, causando un escándalo nacional.

«Háblenle en cambio de perros o caballos, la reina los adora», sugirió el rotativo.

La visita a Nueva York concluyó un viaje durante el cual la pareja real estuvo en Canadá, donde asistieron a una carrera de caballos, visitaron una factorí­a donde se fabrican los BlackBerry y celebraron festividades nacionales de ese paí­s.

La etapa en Toronto estuvo opacada por un apagón que dejó sin electricidad a parte de la ciudad justo antes de la llegada de la reina.