Complejo mapa polí­tico tras regionales


Ciudadanos de San Bartolomé Quialana, estado mexicano de Oaxaca, participan en las votaciones de ayer para elegir a su nuevo gobernador. FOTO LA HORA: AFP Juan Carlos Reyes.

Tanto la oposición como el oficialismo se atribuyen supremací­a tras las elecciones regionales de ayer en México, determinando un nuevo y complejo mapa polí­tico a un año de las presidenciales y en el marco de una campaña con asesinatos de candidatos atribuidos a los carteles de la droga.


El PRI se declaró la primera fuerza polí­tica de México rumbo a la presidencial de 2012 con su estimada victoria en nueve de 12 gobiernos en la elección de ayer pero el oficialista PAN también afirma haber salido fortalecido por arrebatar al priismo Oaxaca y Puebla, distritos con importante número de electores.

«El peso polí­tico del Partido Revolucionario Institucional ha quedado ratificado. Somos la primera fuerza polí­tica indiscutible del paí­s», dijo Beatriz Paredes, presidenta nacional del PRI, a la cadena Televisa.

El PRI, que ocupó la presidencia de México de 1919 a 2000 y que en la elección legislativa de 2009 recuperó la mayorí­a relativa en la Cámara de Diputados conservarí­a los gobiernos de Veracruz (este), Tamaulipas (noreste), Quintana Roo (sureste), Hidalgo (centro), Durango (norte) y Chihuahua (norte) y le arrebatarí­a Aguascalientes (norte) y Tlaxcala (centro) al Partido de Acción Nacional (PAN), y Zacatecas (norte) al Partido de la Revolución Democrática (PRD).

El izquierdista PRD y el conservador PAN no consiguieron por sí­ solos triunfo alguno en las elecciones para gobernador pero en una inédita alianza, a la que se sumaron como candidatos ex militantes del PRI, lograron arrebatar a este partido sus feudos de Sinaloa (noroeste), Puebla (centro) y Oaxaca (sur), que representan un importante número de votos.

Tan sólo Oaxaca, con 3,5 millones de habitantes, suma la población de los tres distritos ganados por el PRI: Zacatecas, Aguascalientes y Tlaxcala, mientras Puebla alcanza los 5,6 millones.

«Es una jornada histórica. Estamos de regreso, contentos de regresar a la senda de la victoria (…) Hemos superado nuestra cifra de población gobernada en 50%», dijo a la prensa César Nava, máximo dirigente nacional del PAN, el partido del presidente de México, Felipe Calderón.

Mientras que el presidente del PRD, Jesús Ortega, dijo que la estrategia de alianzas fue «un rotundo éxito» y anticipó que se estudia mantenerla para los comicios de 2011 en el Estado de México (centro), el más poblado del paí­s.

El acuerdo de PAN y PRD, que en 2006 disputaron de forma aspera la presidencia, «les salió bien pero no deja de ser una estrategia de última hora y la única salida que les quedó por lo poco competitivos que eran cada uno por su lado», consideró este lunes la periodista y analista polí­tica mexicana Denise Maerker en el diario El Universal.

Las elecciones en México se realizaron con un trasfondo de violencia atribuida al crimen organizado, principalmente en los distritos fronterizos con Estados Unidos, y cuyo punto culminante fue el asesinato el lunes del candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, Rodolfo Torre.

El PRI, con el hermano de Torre como candidato sustituto, lograba un amplio triunfo en Tamaulipas, lo mismo que en los distritos fronterizos de Chihuahua y Baja California, tres de los estados mas afectados por la violencia del narcotráfico, pese al despligue de miles de militares ordenada por el presidente Calderón.

Sin embargo, en Sinaloa, otro de los estados azotado por la violencia de los cárteles de la droga y que siempre ha sido gobernado por el PRI, la alianza PRD-PAN se estima como ganadora según el recuento provisional.

Las elecciones del domingo en México además de haber sido presentadas como una prueba de cara a la elección presidencial de 2012 también fueron señaladas como una especie de referéndum, principalmente en la zona fronteriza, sobre la estrategia de lucha contra el crimen organizado del presidente Calderón.