Sarkozy sacrifica a dos ministros


Nicolas Sarkozy, presidente francés. FOTO LA HORA: AFP THIERRY ZOCCOLAN

El presidente francés Nicolas Sarkozy sacrificó a dos secretarios de Estado acusados de abusar del dinero público para salvar a su ministro de Trabajo y tesorero del partido en el poder, Eric Woerth, vinculado con la tercera fortuna de Francia, sospechosa de fraude fiscal.


Alain Joyandet, secretario de Estado de Cooperación y Christian Blanc, ministro encargado del Desarrollo del Gran Parí­s, un millonario proyecto urbaní­stico, renunciaron el domingo a sus cargos tras semanas de crí­ticas crecientes por gastos exorbitantes en tiempos de crisis.

Joyandet pagó 116.500 euros (157.000 dólares) en marzo por el alquiler de un avión privado para asistir a una conferencia sobre Haití­ y es sospechoso de haber obtenido un permiso ilegal para ampliar su casa cerca de Saint Tropez.

El segundo gastó 12.000 euros (14.700 dólares) del erario público en cigarros cubanos.

Salario doble para una ex ministra y parlamentaria, vivienda de función ocupada por familiares o gastos de hotel fuera de lo normal, fueron revelaciones sobre otros ministros de Sarkozy.

Aunque la guinda del pastel fueron las grabaciones clandestinas hechas por el mayordomo de la heredera del emporio de cosméticos L»Oreal, Liliane Bettencourt, tercera fortuna de Francia, sospechosa de evasión fiscal.

En esas conversaciones entre Bettencourt y sus asesores, se habla de operaciones para evadir impuestos y de los ví­nculos entre la multimillonaria, el ministro de Trabajo, Eric Woerth y su esposa Florence.

Woerth, tesorero de la gubernante Unión para un Movimiento Popular (UMP, derecha) y ministro de Presupuesto de mayo de 2007 a mayo de 2010, está acusado de «conflicto de intereses» entre sus diversas funciones, pero además su esposa gestionó hasta hace dí­as parte de la fortuna de Bettencourt, estimada en 16.000 millones de euros.

Woerth es un ministro clave de Sarkozy pues encarna la reforma del sistema de jubilaciones, una de las más polémicas impulsadas por Sarkozy, contra la cual dos millones de personas manifestaron en Francia a fines de junio convocadas por los principales sindicatos.

La reforma que aumentará de 60 a 62 años la edad mí­nima legal para jubilarse, será presentada al consejo de ministros el 13 de julio y en septiembre deberí­a ser aprobada por el Parlamento.

Según el jefe de la UMP, Xavier Bertrand, Woerth es «ví­ctima de una maquinación polí­tica» de los socialistas para «perjudicar la reforma» de la jubilación que el gobierno está decidido a llevar a cabo para salvar un sistema cuyo déficit fue triplicado por la crisis financiera de 2008 (a 32.000 millones de euros o 39.000 millones de dólares).

El presidente francés y el primer ministro (Francois Fillon) «Â¿quisieron darse aire sacrificando a dos ministros cuya suerte estaba echada?» se pregunta el lunes el diario Liberation (izquierda) que publica una encuesta según la cual el 64% de los franceses estima que los dirigentes polí­ticos son más bien corruptos.

Ante la seguidilla de escándalos, Sarkozy anunció la semana pasada recortes en el «tren de vida» de los ministros a quienes advirtió que cualquier «violación» a la regla «será inmediatamente sancionada».

Joyandet y Blanc «son dos fusibles para intentar pasar el verano» (boreal), opinó el diputado socialista Jean Christophe Cambadelis, para quien el objetivo es «proteger a un gobierno exhausto y por supuesto a Eric Woerth», a quien la dirigente de ultraderecha Marine Le Pen se refirió como «el soldado Woerth».

«Todo esto es una pantalla de humo para proteger a Woerth», admitió una fuente gubernamental que pidió el anonimato.

Sin embargo, estas dos renuncias podrí­an ser insuficientes para frenar el desgaste gubernamental de cara a las elecciones presidenciales de 2012.

El diario Le Figaro (derecha) afirma el lunes que «el rumor de una renuncia de Eric Woerth comenzaba a crecer a partir de la noche del domingo en el microcosmos» polí­tico francés.