Las «manos de Dios son celestes»


Luis Suárez, delantero uruguayo, un segundo después de parar el balón con la mano y evitar la eliminación. FOTO LA HORA: AFP FRANCK FIFE

La prensa uruguaya glorificó hoy el pasaje de su selección a semifinales del Mundial de Sudáfrica-2010 con exultantes calificativos, tras el gran triunfo sobre Ghana 4-2 en los penales, que instaló a la celeste entre las cuatro mejores, por primera vez desde 1970.


«Uruguay, historia, locura», tituló el diario El Paí­s, sobre una gigantesca fotografí­a de Sebastián «Loco» Abreu, quien con una exquisita ejecución, definió la serie de penales sobre las «Estrellas Negras», después de igualar 1-1 el tiempo reglamentario y la prolongación, en duelo de cuartos de final.

«Las manos de Dios son celestes», rotuló el matutino en su portada deportiva, acompañada de la exclamación ¡Uruguay nomá»!, y el comentario «después de la atajada del Mundial de (Luis) Suárez, apareció (Fernando) Muslera».

Suárez, atacante del Ajax de Holanda, atajó literalmente sobre la lí­nea de meta un cabezazo de Dominic Adiyiah en el tiempo suplementario (120 1), pero Asamoah Gyan desperdició el penal, forzando una definición desde los 12 pasos en la que el portero del italiano Lazio, Fernando Muslera, contuvo dos tiros.

«Son leyenda» consignó El Observador y subrayó «Ya somos campeones», al tiempo que encabezó la crónica del partido desde Johannesburgo, bajo el tí­tulo ¡Se acordó de Uruguay!, en alusión a «la suerte, que habí­a jugado en contra» durante el compromiso en distintas circunstancias del juego.

«Del infierno al paraí­so», destacó La República, con loas tales como que el mundo está «asombrado por la epopeya celeste».

De su lado Ultimas Noticias, presentó su edición sabatina teñida de celeste, acompañada de los titulares «Dí­as de Gloria» y «Golpe Mundial».

Uruguay volverá a presentarse el martes en Ciudad del Cabo, frente a Holanda, en busca de un lugar en la final de la Copa del Mundo, instancia a la que no accede desde hace 60 años, cuando en el mí­tico estadio de Maracaná superó a Brasil en 1950 y alzó su segundo cetro mundial.