El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, cumplió ayer un año en el poder destacando sus logros económicos, pero con un desplome generalizado en las encuestas y amenazas de huelga de la oposición, que lo acusa de «tirano» y de gobernar según «intereses personales».
El mandatario derechista, dueño de una cadena de supermercados, asegura que su primer año de gobierno ha sido «fructífero» y «de cambios», donde se han aprobado leyes e implementado programas «que van a impactar y tener repercusión en el país».
«Creo que lo más importante en este año de gestión es que aquí hemos puesto la casa en orden», dijo Martinelli, quien destacó su política económica como su principal logro.
Martinelli, de 58 años, destaca en este primer año de gestión la inversión extranjera y el tratado de libre comercio con Europa, así como los acuerdos de doble tributación para «salir de las listas negras» así como el ordenamiento de las finanzas.
«La política económica es una de las grandes fortalezas del gobierno de Martinelli», pues se espera que el país crezca 5% al final de año y el déficit fiscal no supere el 1%, dijo a la AFP el analista Arístides Hernández, presidente de la agencia Latin Consulting.
«El gobierno de Martinelli va a gastar más recursos y tener más inversiones que los tres últimos gobiernos juntos» al contar con 2.000 millones anuales para infraestructuras y programas sociales, añadio Hernández.
Sus defensores destacan también de este primer año programas sociales como la entrega de 100 dólares mensuales a los mayores de 70 años sin jubilación; una beca universal para los estudiantes; el aumento de salario a la policía; la entrega de libros y útiles escolares gratis; además del avance en el proyecto de construcción de un metro en la caótica capital panameña.
«Tenemos hoy en día un país distinto al que heredamos el año pasado», dijo a la AFP el ministro de economía y finanzas, Alberto Vallarino.
Sin embargo, este optimismo no es compartido por amplios sectores sociales, a tenor de las últimas encuestas donde la gestión de Martinelli es aprobada por entre 49% y 65% de los ciudadanos (dependiendo de la encuesta), muy por debajo del 90% que obtuvo los primeros meses de su mandato.
Incluso, Martinelli enfrenta amenazas de huelga general para el mes de julio y manifestaciones contra varias leyes ambientales y laborales aprobadas recientemente.
La inseguridad (30%), la reforma tributaria (24%) –que aumenta el impuesto al consumo–, y la recolección de la basura son los principales motivos de descontento de los panameños, según las encuestas.
«Martinelli comenzó su gestión con un dominio absoluto de la agenda política. Un año después, la situación ha variado sustancialmente y no a favor del presidente», dijo a la AFP el analista José Blandón.
Esa pérdida de popularidad se debe, según Blandón, a la «incapacidad» gubernamental de «manejarse con los grupos de la sociedad civil con los que ha tenido una confrontación permanente».
Diversos analistas vaticinan un mayor crecimiento del descontento al no existir «planes coherentes» para combatir la pobreza y la inseguridad, dentro de un desarrollo económico cuyo beneficio «no es percibido» por amplios sectores sociales.