El histórico vuelo del avión Solar Impulse, que debía poner a prueba las capacidades del aparato propulsado por energía solar para volar de noche, fue postergado el jueves hasta fecha indeterminada debido a un problema técnico.
«Se produjo una falla en una pieza esencial del avión», explicó el explorador suizo Bertrand Picard, que organizó la aventura de este avión sin par. Su portavoz precisó a la AFP que se trataba de una pieza de telemetría que se descompuso el martes en la noche.
En un encuentro con la prensa, Picard no pudo precisar la fecha en que podría realizarse el vuelo, una vez efectuadas las reparaciones, debido a las condiciones climatológicas particulares necesarias para la experiencia. De todas maneras, espera que el vuelo tendrá lugar durante este verano (boreal).
Bertrand Picard destacó que este contratiempo era el «primero» sufrido en siete años de trabajo en el avión con una envergadura semejante a la del Airbus A340 (63,40 metros) pero de un peso de apenas 1.600 kilos.
«Espero que será lo más rápidamente posible pues la ocasión para un vuelo de noche termina a fines de julio, o comienzos de agosto», agregó.
«Estamos preocupados y esperamos que esto funcione», insistió el suizo, heredero de una larga familia de exploradores y cuyo abuelo sirvió de modelo para el dibujante belga Hergé, creador del personaje del profesor Silvestre Tornasol en las tiras de las Aventuras de Tintin.
Entre bambalinas, el equipo afirma esperar volver a tentar la experiencia a partir de la semana próxima, pues tienen el tiempo contado debido a que ahora las noches se alargan progresivamente.
El Solar Impulse tiene como única fuente de energía unas 12.000 células fotovoltaicas que recubren sus alas y que alimentan los cuatro motores eléctricos de una potencia de 10 CV cada uno. También permiten recargar sus batería de litio polímero de 400 kg.
El aparato demostró que funcionaba bien durante el día con un primer vuelo exitoso el 7 de abril y una decena de otros desde entonces. Ahora tiene que pasar su examen de noche experimentando la capacidad de las baterías para cargarse suficientemente en el día y alimentar luego el aparato durante las horas sin sol.
Es esta la etapa histórica de su aventura revolucionaria que debía intentarse el jueves. Una experiencia crucial para el objetivo final que se fijó el equipo de Solar Impulse de aquí a tres años: una vuelta al mundo completa con un aparato más amplio, que debería probar, según sus conceptores, que la energía solar tiene un futuro en la aeronáutica.
En la espera, el vuelo nocturno no podrá ser intentado salvo si condiciones meteorológicas muy clementes se presentan de nuevo en Suiza .
El aparato, muy frágil, necesita para volar poco o nada de viento para no ser desestabilizado y de bastante sol para cargar las baterías con los paneles solares.
Si tales condiciones no se dieran de aquí a agosto, el vuelo debería ser postergado un año.
El piloto y co-fundador del proyecto, André Borschberg, que debía permanecer 25 horas en el aire a una altura de más de 8.500 metros sin piloto automático, con flema muy británica comentó, irónico: «al menos ahora voy a poder desayunar».