El riesgo aumenta de 28% a 39%, pero la cifra no viene acompañada de un aumento de muertes producto de infarto.
Este análisis, dirigido por los doctores Steven Nissen y Kathy Wolski de la Cleveland Clinic Foundation, estudió 56 ensayos clínicos hasta febrero de 2010.
Los ensayos contaron con la participación de 35.531 pacientes, de los cuales 19.509 habían tomado Avandia (molécula rosiglitazona), mientras que 16.022 se habían tratado con el medicamento Artos (molécula pioglitazona), de la misma categoría que el anterior pero del laboratorio japonés Takeda.
«Estos resultados son similares a los estudios hechos anteriormente (en 2007) por el laboratorio británico GlaxoSmithKline –el fabricante–, la agencia estadounidense de medicamentos (FDA, Food and Drug Administration) e investigadores independientes, y dan cuenta de un incremento de riesgo cardiovascular en los enfermos que se tratan con la rosiglitazona», afirman los autores de estos trabajos publicados el lunes en la versión en línea del diario Archives of Internal Medicine.