Irán y Siria, acusados por Estados Unidos de fomentar la inestabilidad en Irak y Líbano, instaron ayer a los musulmanes a no caer en la trampa de los «enemigos», que pretenden, según ellos, crear divisiones étnicas y religiosas en Oriente Medio.
Los enemigos «pretenden empujar a los pueblos y a los gobiernos (de Oriente Medio) a apoyarse en las etnias y buscan generar divisiones en el mundo musulmán y árabe», declaró el presidente sirio Bachar al Assad, en una conferencia de prensa conjunta con su homólogo iraní, Mahmud Ahmadinejad, en Teherán.
«Es su última carta», añadió, poco antes de partir de Teherán, en el marco de una visita oficial de dos días, la segunda que cumple en Irán desde que asumiera el poder en agosto de 2005.
El presidente Ahmadinejad sostuvo que los gobiernos islámicos deben «estar atentos al complot del enemigo, que pretende crear divisiones entre las etnias y los diferentes grupos religiosos».
Según Ahmadinejad, dada la «actual situación en Irak, Afganistán, Líbano y Palestina, la consulta y cooperación entre Irán y Siria para hacer frente al enemigo es todavía más necesaria».
Teherán y Damasco mantienen estrechas relaciones, a la vez que se enfrentan a las fuertes presiones de la comunidad internacional que los acusa de apoyar a los rebeldes en Irak.
Ambos países son cercanos al grupo chiita libanés Hezbolá, que pretende desestabilizar al gobierno del primer ministro, Fuad Siniora, apoyado por Occidente.
«Las relaciones entre Irán y Siria, desde hace 28 años, son las más antiguas y profundas en la región. Estas relaciones deben ser reforzadas», declaró el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, quien también se reunió con Al Assad, según la televisión estatal.
Jamenei sostuvo que «Estados Unidos y sus aliados serán los únicos perdedores en Oriente Medio».
«Estados Unidos pretende mermar la moral de los pueblos y los gobiernos. Sin embargo, Siria e Irán resistirán para defender sus posiciones y principios», aseveró Al Assad.
Al Assad se reunió durante su visita en Irán con el secretario del Consejo Supremo para la Seguridad Nacional, Alí Larijani, así como con el jefe de la diplomacia iraní, Manuchehr Mottaki, y con el ex presidente Akbar Hachemi Rafsandjani, quien encabeza el Consejo de Discernimiento del régimen.
La secretaria de Estado norteamericana, Condolezza Rice, rechazó toda comparación entre la actitud de la comunidad internacional ante el programa nuclear de Irán y la política que se adoptó en 1938 con la Alemania nazi, en una entrevista publicada HOY por el diario Haaretz.
«Me gustan las analogías históricas, pero no hasta ese punto», afirmó Rice al periódico, que le preguntó acerca de esta comparación frecuentemente evocada por el líder de la oposición israelí, Benjamin Netanyahu, número uno del Likud (derecha).
«Sin embargo, sí puedo afirmar que cuando la comunidad internacional no responde lo suficientemente rápido a una agresión, las cosas nunca terminan bien. Es importante hacer frente ahora, y no más tarde, al comportamiento de Irán», añadió.
«Estamos claramente enfrentados a un país (Irán) que lleva a cabo una política contraria a los intereses de Estados Unidos y a los de todos aquellos que buscan restablecer la paz en Oriente Medio», declaró Rice.
«Podemos constatarlo en Irak, donde los iraníes siguen apoyando las acciones de desestabilización, suministrando incluso tecnologías que matan a nuestros soldados. Lo vemos también en el Líbano y en los territorios palestinos. Lamentablemente, Siria decidió apoyar a Irán en todas sus actividades», agregó la secretaria de Estado.